martes, enero 27, 2009

El empleo

En un artículo que nunca escribí quería expresarme acerca de las paradojas del capitalismo especialmente en el tema del empleo.

Los países desarrollados habían entregado la manufactura de los bienes a los países del extremo oriente y del sur y se reservaron para ellos los servicios sofisticados. A sus inmigrantes les dejaron la construcción y los oficios menos remunerados.

Así eran las cosas, más o menos, y muchos pensaban que todo estaba bien porque se producían muchos bienes a precios irrisorios y eso beneficiaba a la mayoría. De otro lado, se decía que gracias a las luchas sindicales las remuneraciones de los trabajadores de los países ricos resultaban impagables y muchas veces estimulaban la holgazanería.

Muchos de los inmigrantes serán forzados por las circunstancias o por medidas de gobierno a regresar a sus naciones de orígen. Y esto va a generar muchas perturbaciones en el norte y en el sur.

Había que tercerizar y entregar a terceros los asuntos de las empresas que no hacían parte del corazón del negocio. Y esa tercerización hizo que se perdieran muchos empleos. Los que se pudieron recuperar se consiguieron en condiciones precarias.

Todo giraba sobre el consumo al debe de Estados Unidos. Y cuando no pudimos financiarlo vino el colapso.

Cada mañana me despierto con la noticia de más despidos en compañías de Estados Unidos y del mundo. Y en Colombia casi no es noticia el tremendo desempleo que crece día a día.

La reforma laboral colombiana que hizo extraordinariamente flexibles las garantías laborales ha fracasado. No se trata de volver a la legislación anterior pero si es importante pensar en darle una ayuda a los parados para que puedan recuperar sus empleos y las empresas para que lo generen.

Las leyes y los decretos sirven, pero mucho más la mentalidad de los colombianos. Tiene que cambiar ese paradigma de muchos empresarios que consideraban el empleo como una carga molesta y pesada. No se han dado cuenta que uno de los activos más valiosos es un personal capacitado, motivado y bien remunerado.

Ojalá quedara tiempo para discutir del empleo de cara al país y no en pequeñas reuniones en Casa de Nariño. ¿Cómo vamos a actuar todos para crear y mejorar el empleo en Colombia?.

Desde hace rato ha llegado la hora de pensar en la gente, en el individuo.

miércoles, enero 14, 2009

A propósito de los honores

“He recibido en mi vida tantos honores inmerecidos que bien puedo aguantar alguna vez una reprobación inmerecida”

AFORISMOS. Georg Christoph Lichtenberg.

jueves, enero 08, 2009

Ciudadanos!

Quizás con exceso escucho los noticieros internacionales. Confieso que me aburren mucho los programas noticiosos nacionales.

Todos los países, menos Colombia, están presentando proyectos a sus congresos y tomando decisiones para moderar los efectos de la crisis económica mundial. Aquí no, seguimos en lo de siempre: las reinas, las corridas de toros, el mal fútbol, el invierno y la casi segura reelección del Presidente.

En estos primeros días del año suben los precios de muchos bienes y servicios. En el mundo bajan y los economistas se preocupan por el grave riesgo de la deflación. Muchas de esas alzas son consecuencias del precio de los combustibles en el 2008. Pero en lugar de darle algo a la gente  el gobierno se inventó un fondo de estabilización de precios para no rebajar el precio de los combustibles. Por fortuna aún no han aparecido  funcionarios intentando decir que las personas que tienen automóvil son una minoría.

Viendo las colas en las registradurías, escuchando los problemas de la nueva EPS que reemplazó al ISS, las argucias para que las leyes que benefician a la gente se apliquen de la manera más restrictiva, reitero que acá poco interesan las necesidades del ciudadano. Hemos tenido progresos en coberturas de salud y de educación pero las exigencias siempre serán distintas. Por ejemplo, nuestras universidades públicas tienen que hacer mayores esfuerzos para aumentar cupos y llegar a más lugares del país. La Universidad Nacional tiene que volverse nacional y abandonar esa cómoda actitud de educar solamente a una élite intelectual.

Un amigo que hace parte de la junta directiva de un banco no me aceptó que los bancos tuviesen alguna responsabilidad indirecta por el problema de las pirámides, pero, a renglón seguido comentó que desde la ventana del edificio donde se reunían veían las largas colas de los clientes de una de esas empresas. Y se lamentaba que el sector privado (léase empresarios) no supo advertir esos hechos y aprovechar esas oportunidades. Sin afirmarlo, me dio la razón pero nunca lo reconocerá.

Hace falta una nueva ley contra los trámites inoficiosos en el estado porque las burocracias y los abogados hacen que los intentos pasados para hacer más fluidas las gestiones se obstruyan. No tiene sentido cobrar por publicaciones un monto equivalente al valor del contrato, cobrar estampillas adcionales por ciertos contratos departamentales. Y muchos otros ejemplos.