Toda esta semana que va a terminar estuve pensando si quizás tendría que presenciar el colapso del capitalismo tal como lo conocemos hasta ahora. Parece que de momento no será así, afortunadamente.
Cuando estudiaba en la universidad llegué a pensar que el comunismo iba a durar mucho tiempo. Y no porque comulgara con sus ideas, al contrario, sino porque veìa que ese sistema totalitario se apoderaba de todos los instrumentos sociales de los países y resultaba imposible la reacción de la oposición.
Además cuando recordaba la fecha en que Rusia había caido en sus manos me parecía un número muy grande de años. Solamente en la medida que uno envejece va teniendo una mejor comprensión del tiempo.
Desde hace varios años he venido pensando que el modelo capitalista que nos rige está mostrando fallas y no ha logrado distribuir los recursos planetarios de una manera más racional y equitativa.
Ahora cuando las migraciones del mundo han cambiado de sentido, los viejos países de Europa deciden frenar de manera abrupta la llegada de muchas personas en búsqueda de mejores oportunidades.
Este orden disparejo que destinaba maíz para reemplazar gasolina se mantenía porque las economías crecían. Al parecer algunas de ellas demasiado como las de China y la India. Varios de los países del tercer mundo productores de materias primas estaban felices porque lograban precios altos.
Época loca en donde los automóviles volvieron a crecer y todos quisimos tener un 4x4. Entre más grande y caro mejor. Y los fabricantes de whiskey tuvieron que inventar nuevas categorías para vender más caro. En Colombia, el asunto se hacía más patético por las presencia de los dineros de la droga.
El auge de la construcción en Estados Unidos tenía que detenerse porque no tenía bases sólidas. Y la desregulación, que tanto gusta a los empresarios del mundo, llevó a la gente y al mercado financiero a unos endeudamientos absurdos.
Comprendo que finalmente los estados tengan que intervenir a empresas financieras para salvar el sistema y los ahorros de la gente. Pero no me gusta porque pienso que todo se hubiera podido evitar si los estados ejercen su poder de manera oportuna.
Será cierto que el capitalismo en su voracidad tiene vocación suicida?. Nos salvamos casi siempre porque no todos son estúpidos o locos. Siempre hay personas, empresas y gobiernos sensatos. Mucho me temo que los sensatos ya son muy pocos y nadie les cree.
El título de este escrito quería mostrar como todo tiene un fin porque se cumple un proceso inexorable como el de la vida. A medida que va pasando el tiempo y nos vamos haciendo viejos vemos como todos los ciclos se cumplen.
Todos, menos el de la violencia en Colombia.
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