Hace un par de años recibí la visita de un amigo. En ese momento estaba atravesando por un proceso que en ese momento me causaba mucho dolor.
Esa persona me contó un cuento que no quiero reproducir pero que se refería a que en la vida todo pasa. Lo bueno y lo malo. Y he tratado de entender diferente mi vida a partir de ese momento.
Tantos hechos que uno ve pasar y que cree definitivos al cabo del tiempo pierden trascendencia o cambian completamente.
Muchos amigos en su juventud criticaban duramente a la generación que les precedía porque hacían mal las cosas o porque no tenían dinero. Al cabo del tiempo, a esos amigos también les caben los mismos comentarios.
A finales de los años ochenta la política en Santander estaba manejada por una organización llamada “Confederación liberal de Santander” orientada por los doctores Rodolfo González y Eduardo Mestre. Ellos eran todo y los demás nada valían. Logramos derrotarlos pero eso no es lo importante. Con el tiempo solo quedó el recuerdo de sus nexos con el cartel de Cali.
Y después vino la época de Ernesto Samper cuando Santander eligió un número de senadores que nunca se volverá a repetir. Una vez se supo la verdad, vino la siguiente elección y casi no elegimos senadores.
Más tarde surgieron Convergencia ciudadana y otros. Como siempre ocurre se decía que eran los mejores porque combinaban sus empresas con la política. Yo nací creyendo que eso no se podía pero mi opinión no importaba. Ellos aún se vanaglorian de esa peligrosa combinación.
Llegamos a creer que la guerrilla se iba a tomar el poder en poco tiempo. Hoy vemos que eso no era cierto y que cada vez será más difícil que con su estrategia se hagan al poder. En su infinita torpeza no entendieron que habrían podido tener éxito si se hubieran propuesto una estrategia diferente.
Pero todo pasa, como pasa la vida. El problema no es pasar, es que lo que llega no solo sea distinto sino mejor. Y mejor en el sentido que responda a las necesidades y expectativas del momento histórico.
En Colombia pasan las elecciones, los presidentes y las constituciones pero el conflicto sigue. Y no me refiero solamente a las balas. Es que a pesar de que con frecuencia enviamos a nuestros juristas a mirar lo que se hace en otros lados, nos limitamos a copiar. Mientras no hagamos el esfuerzo de hacer un nuevo pacto social, las cosas y las personas seguirán pasando pero no tendremos paz y desarrollo.
sábado, julio 28, 2007
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