En 1990 las FARC secuestraron a mi padre y algunas personas cercanas organizaron marchas y enviaron cartas al principal periódico. Y surtió efecto de eso doy fe.
Más tarde, diez años después participamos activamente en diversas marchas para buscar la liberación de los secuestrados y específicamente de las personas que fueron plagiadas en el avión Fokker de Avianca.
En ese entonces y ahora había muchas personas decían que eso no servía de nada. La memoria es un poco traicionera pero por alguna razón encuentro que aquellos que decían eso, resultaron siendo las personas más proclives a los paramilitares.
Personalmente pienso que las FARC son una organización muy poco receptiva a las expresiones sociales. Sus jefes están en el monte hace muchos años, se han mantenido a pesar de las adversidades, tienen dinero, tienen amigos en las ciudades y siguen siendo fervientemente comunistas en el viejo estilo. Pero creo que aún ellos, en su dureza e insensibilidad, tendrán que registrar una movilización masiva de los colombianos.
Con mucho retraso, las autoridades regionales al fin reaccionaron y convocaron a una movilización. Esperamos que todos respondan. Ojalá me encuentre a los escépticos de hace siete años.
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