Casi todos mis escritos han intentado explicar acerca de la necesidad de suscribir un nuevo pacto social en Colombia. No será el último pero tampoco el primero.
En los últimos meses hemos tenido momentos propicios para convocar a los colombianos que creen en la democracia para suscribir acuerdos sobre temas concretos. Yo no he pensado en cambios constitucionales, pienso en cosas mucho más concretas.
Por ejemplo, tenemos que rechazar todo tipo de violencia y al uso de las armas por parte de los civiles. La legislación penal dirá en que casos se puede hacer uso de la legítima defensa. El estado tendrá el monopolio de la fuerza.
Colombia tiene que dar pasos ciertos y medibles para que la sociedad sea más igualitaria. Será intolerable que existan personas en la miseria y que sigamos teniendo tanta gente pobre.
El rechazo al narcotráfico ha ido aumentando en la sociedad pero aún esos delincuentes siguen teniendo cierta tolerancia en la sociedad por razones distintas. No debe ser posible hacer ningún negocio, de ninguna índole con quienes parecen sospechosos. Y a mi que no me vengan con cuentos, esos tipos se delatan en su comportamiento. Y no me refiero solamente a los traquetos.
Hace un tiempo escribí de la seguridad en las calles y recibí un regaño de uno de mis escasos lectores. Ya la gente puede moverse por el territorio, los secuestros han disminuido pero las ciudades y poblaciones siguen siendo inseguras.
Y el rechazo a la corrupción también tiene que ser radical. No solo deben bastar los hechos delictuosos, tenemos que volver a construir un código de ética para generar confianza y hacer sólida la democracia en la nación, en las empresas y en todos los escenarios donde la gente tiene que convivir.
Y en la educación tenemos que hacer compromisos concretos para mejorar la calidad y no desperdiciar tanto dinero. Exceso de profesionales en muchos campos y deficiencias en otros.
Ustedes podrían agregar o suprimir muchos de los temas que he enunciado. Lo importante es que se armen consensos concretos con metas precisas, cifras etc.
Algunos editorialistas de medios de comunicación han opinado en términos similares. Incluso políticos tan atacados por la derecha como Gustavo Petro también han insistido sobre esos acuerdos sobre lo fundamental.
Lo triste es que Álvaro Gómez Hurtado estaba buscando eso y lo mataron.
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