Hace un rato leí una crónica publicada en la última edición de Newsweek en español acerca de un libro sobre la vida de la Princesa Diana de Gales.
Según la crítica que hace la revista, el libro parece ser un muy interesante y documentado análisis sobre la vida de este personaje que tanto atrajo a las multitudes al finalizar el siglo XX.
Las celebridades del mundo parecen no tener vida privada y en la mayoría de los casos han entendido que mostrando facetas de su vida íntima logran el reconocimiento que buscan.
Todos pensamos que la muerte de Diana se debió a una desesperada huída de los “paparazzi” que los tenían agobiados. Resulta que la Princesa había buscado a esos personajes porque quería mortificar a su ex marido el Príncipe Carlos.
Y esto me hace recordar el libro que mostraba la vida particular de algunos de los intelectuales más importantes de los últimos siglos. El caso del Conde Tolstoi es verdaderamente apasionante. Casi nunca esa vida privada tiene coincidencia con las obras literarias, filosóficas o artísticas.
Muy poco sabemos de la vida personal de la gente que toma las decisiones en Colombia. Hemos entendido siempre, más por timidez que por virtud, que siempre hay que ocultar aspectos de la vida personal.
Yo creo que las personas que se someten a una elección popular deben estar dispuestas a mostrar muchos más detalles de su vida privada. Deben explicar, por ejemplo, el origen de sus bienes y hacer explícitos sus anteriores intereses.
Una persona no será mejor o peor gobernante si ha tenido varios fracasos matrimoniales. Eso lo puede tener cualquiera. Lo importante es saber como ha sorteado esas situaciones porque su comportamiento nos daría claves muy importantes de su personalidad.
Aunque se diga que se elige al miembro de un partido que representa unas ideas, siempre primará la personalidad del gobernante. Su talante personal será el mismo de su gobierno, de eso no cabe la menor duda.
La historia enseña que algunas de las razones que han motivado la actuación de una persona no obedecen a motivos altruistas o filosóficos. Muchos de las acciones se han realizado movidas por el odio o el amor.
Me aburren las personas que dicen que no odian a nadie y que toda su vida se rige por principios nobles. Están diciendo mentiras. A mi me gustaría saber cuales son los temas y personas hacia los cuales el candidato tiene fobias o filias.
Ojalá un grupo de periodistas y politólogos, con el apoyo de sicólogos, siquiatras y contadores hicieran unos análisis profundos sobre los principales candidatos que se presentarán a las elecciones territoriales de Colombia.
martes, junio 12, 2007
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