domingo, octubre 14, 2007

Semana de octubre

A pesar de los dolorosos años ochenta de Colombia, no pensaba que viviría una etapa de tanto escepticismo sobre el futuro cercano de mi país. Mis enemigos, tenía bastantes, podrían decir que esa visión se debe a mis actuales circunstancias personales. Quizás antes no tenía la lucidez para apreciar la real dimensión de los que sucede.
Yo alcancé a creer que Colombia podría llegar pronto a igualarse a las naciones de mayor desarrollo. Y en las responsabilidades que tenía a mi cargo siempre evité creer en esa limitación auto impuesta que no nos dejaba señalarnos metas iguales a las de los países europeos.
Creo que nuestra misión personal tiene que ser siempre la de la búsqueda inconforme de la excelencia. No importa que vivamos en Quibdó o en Londres.
Lo que he visto y escuchado en esta semana me deja muy inquieto y preocupado. Todo ese derecho constitucional que estudié hay que olvidarlo.