Cuando escuché esta semana que no había pruebas de supervivencia de los secuestrados de las FARC pensé inmediatamente que el proceso de mediación estaba en grave peligro.
Y hoy me despierto con la noticia de su terminación. El motivo es muy grave pero es mucho más el comportamiento de las FARC que siguen insistiendo en su estrategia dilatoria.
Como víctima de un secuestro en mi familia desearía que pronto se reanudaran los contactos para que esas personas pudiesen regresar con sus familias. Pero creo que, de momento, las FARC seguirá utilizando a todas esas personas para obtener ventajas en su favor. El mundo debe entender que con todo lo que ha pasado, esto es inaceptable.
Ya comencé a escuchar voces de algunos que se quejan sobre la impaciencia del Presidente Uribe. Pero me atrevo a asegurar que cualquier persona habría que tenido que actuar igual ante una serie de imprudencias, cada vez más delicadas, del mediador.
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