Porque me había convertido en monotemático decidí dejar de escribir por un tiempo. Y no quería referirme a la navidad o a la pólvora porque ya lo había hecho el año anterior.
Me he dedicado a mis hijos y a leer. Y eso es mucho más importante que comentar sobre esta realidad nacional colombiana.
Estoy leyendo con mucho placer varias cosas al tiempo. Desde la historia de Constantinopla hasta la revista Soho con Carolina Ramírez en la portada. Y por mi computador y mis ojos pasó también el horrible libro sobre las peripecias de la ahora famosa “madame Rochy”.
Afortunadamente me voy de vacaciones y trataré de prestar poca atención al show mediático de la liberación de las tres personas secuestradas por las FARC. Ojalá esto sirva para iniciar algún proceso que permita la liberación de todos los secuestrados por las guerrillas colombianas.
Para terminar quiero reproducir un texto que encontré en el libro “EL OLVIDO QUE SEREMOS” de Héctor Abad Faciolince. “Mi abuelo a veces comentaba sobre mi: A este niño le falta mano dura. Pero mi papá le respondía: Si le hace falta, para eso está la vida, que acaba dándonos duro a todos; para sufrir, la vida es más que suficiente, y yo no le voy a ayudar”.
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