lunes, abril 07, 2008

Dengue

Mientras esperaba desenlaces y la firma de un contrato que no llega, fui víctima de un dengue clásico.
Aparte de dolores en todos los rincones del cuerpo se siente un desánimo espantoso que le quita todo el sentido a la vida.
En toda mi enfermedad no hice sino pensar en los enfermos que están en las selvas colombianas. Un dengue es terrible pero no es nada frente a toda la suma de enfermedades tropicales que ellos padecen sumadas al largo cautiverio y al maltrato de los captores y de algunos compañeros.
¿Por qué nosotros hemos tenido que presenciar y sufrir en carne propia las más atroces expresiones de violencia?
Mi hijo mayor tiene 26 años y quizás sus recuerdos más lejanos sean el asesinato del abuelo por la guerrilla y el ataque al Palacio de Justicia.
Y nosotros no nos volvimos salvajes asesinos como esos Castaños y muchos personajes que conozco que ayudaron en sus inicios a esas mortíferas máquinas asesinas.
Seguimos luchando en este país que nos tocó donde casi siempre abunda más la sinrazón que la razón.
En un país donde una de sus guerrillas que anteriormente se proclamaba pura tiene que estar abrevando en las fuentes del narco-tráfico, porque es la única explicación a sus largas a un proceso de paz. Me refiero al Ejército de Liberación Nacional de Colombia y a la desautorización a su ex líder Gerardo Bermúdez, alias Francisco Galán.

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