lunes, noviembre 20, 2006

Aplazar, ocultar

El colombiano tiene la tendencia a aplazar muchas decisiones que sabe tiene que tomar esperando, quizás, que el tiempo las resuelva solas.
Muchas de esas determinaciones son dolorosas e implican reconocer hechos que siempre se han querido negar o, en el mejor de los casos, ocultar.
Igual le sucede a Colombia.
Durante años no salía de mi sorpresa, que a ratos se volvía indignación y finalmente desesperanza al ver que nadie tomaba decisiones que parecían obvias y que, por el contrario, los discursos de muchos pretendían tapar el sol con las manos.
En el pasado y también ahora se advierten intentos para hacer pactos de silencio con el triste argumento de que Colombia no resiste la verdad. El último y que puede ser también el primero de los argumentos, es que la verdad puede hacer que la economía se vaya al traste.
La experiencia nos hacía pensar que seguiríamos igual: tapando y negando realidades.
De repente, la Corte Suprema de Justicia que estaba metida en una absurda disputa con otras Altas Cortes entiende que la única manera para lograr la preeminencia es cumpliendo con el deber a cabalidad, sin cálculos y sin miedos.
Ojalá no nos defrauden con esta investigación sobre los Congresistas y puedan superar todas las presiones y chantajes a las que serán sometidos sus magistrados de la sala penal.
El Congreso de Colombia no puede intentar discutir un proyecto de Ley para auto otorgarse perdón por sus actuaciones fuera de la misma ley. La simple mención de esa idea le quita legitimidad al estado. Y no olvidemos que en Colombia ya hay muchos que no se la reconocen.

martes, noviembre 14, 2006

Una nueva esperanza

Cualquier extraño se preguntaría por qué razón los paramilitares alcanzaron tanto poder en tan poco tiempo.
A principios de la década anterior me correspondió coordinar una reunión de empresarios de mi región con el ministro de defensa nacional. En ese momento la situación era muy difícil y muchos empresarios habían sido víctimas de delitos muy diversos auspiciados por organizaciones guerrilleras. Casi todas las familias habían tenido a alguien secuestrado.
La respuesta del ministro fue muy clara: ustedes se tienen que defender y tienen el derecho a hacerlo.
A partir de ese momento y con el apoyo de las Fuerzas Armadas las personas y las empresas comenzaron a organizar su defensa. Algunos siguieron al pie de la letra las normas pertinentes y otros, quizás la mayoría, se sintieron justificados para tomar caminos más expeditos.
Y poco a poco se fueron recuperando zonas que antes estaban muy amenazadas por la subversión. Pero esa labor comenzó a ser liderada por personajes muy extraños, con acentos distintos y muy afines al narcotráfico.
Esa relación estrecha de los empresarios con esas personas se fue diluyendo porque gracias a los narcóticos, a las extorsiones y al robo de tierras esos personajes se hicieron muy ricos y ambiciosos y cada vez necesitaron menos del apoyo económico.
La relación cambió, se hizo más distante pero no desapareció. Esas personas seguían comprando tierra, camionetas, apartamentos, ganado fino y casi siempre pagaban en efectivo evitando el pago de impuestos.
El caso de los políticos de Sucre es muy interesante y espero que pronto sepamos sobre casos similares en otras regiones porque no se puede adoptar un patrón único en toda Colombia.
Algunos políticos regionales fueron los creadores y animadores de grupos paramilitares y reforzaron su financiamiento con el expolio de los recursos del estado. Y las instancias de control siempre miraban hacia otro lado, asediando por el contrario a otras personas por pequeños motivos.
En otras regiones hicieron su aparición fulgurante varias personas escasamente conocidas. No me atrevo a decir cuantas pero son muchos los cargos de elección popular que han tenido el apoyo de esas fuerzas y esos dineros.
Estamos a un año de unas elecciones muy importantes en Colombia, las de Gobernadores departamentales y Alcaldes municipales. Y ya se puede advertir que para poder participar con éxito es preciso disponer de muchos recursos. De nada o muy poco servirán los Gobernantes nacionales y los partidos políticos.
Con demora pero con valentía, la Corte Suprema de Justicia ordenó la captura de tres Congresistas y nos hace pensar que está dispuesta a hacer lo que otros no han podido. Tendrá éxito en su empeño? Como abogado y colombiano espero que sí.