Hace unos días miraba las fotografías que Time publicaba para recordar los tiempos en que volar era distinto. Tiempos en donde se podía llevar todo el equipaje que uno quisiera, en que la gente se vestía elegante, en que no le quitaban los zapatos a los pasajeros antes de abordar y en los que se podía fumar y se ofrecían todo tipo de licores.
Por supuesto, hay que tener en cuenta que en esa época los combustibles eran casi regalados y altos los precios de los pasajes aéreos.
Ahora todo es distinto y en los Estados Unidos la gente viaja de vacaciones a Thailandia y su indumentaria pasa por unos tenis raídos y una pantaloneta. Antes, los padres o abuelos de esos viajeros no podían viajar ni siquiera al Caribe.
Todo me lleva a pensar en los cambios y sus dinámicas. Alguien diría que sin solucionar el tema de la velocidad supersónica, los avances de la aviación civil en los últimos treinta años han sido poco significativos. A esos extremistas tendría que contestarles que sí pero si hago un analísis más serio encontraría transformaciones muy importantes como las que señalé al principio. Si decidimos que viajar solo fuera asunto de ricos con seguridad ya tendríamos volando el sustituto del Concorde. Pero aún así, muchos ricos harían consideraciones juiciosas de costo beneficio.
Con combustibles caros, mucha más población volando y demandando precios competitivos, con las evidentes restricciones medio ambiantales que existen, el reto es muy distinto.
Algunos tienen problemas serios en estos días como Japan Airlines y otros están gestionando rápidos cambios de flotas y fusiones para aprovechar sinergias.
En Colombia sorprende que en un año Aires desplazó del segundo lugar a Aerorepública. Esto demuestra que ese penoso duopolio entre Avianca y Aerorepública resultaba insostenible. Me parece que Avianca asumió el reto mejor gracias a las decisiones que había tomado antes que le han dado más agilidad comercial.
Aerorepública tiene buenos aviones y decidió ser menos agresiva o quizás se durmió. Sin embargo ya podemos advertir un interés mayor por no perder clientes. Pero su plataforma de internet requiere más ajustes porque los clientes ya no somos fieles y a la menor dificultad en el trámite buscamos a otro prestador del servicio.
El mercado siempre trata de estabilizarse después de una guerra de precios. Ojalá el estado estuviera pendiente de intervenir para evitar pactos que siempre van en contra de los usuarios.
lunes, enero 18, 2010
jueves, enero 07, 2010
Un reto de ciudad
Hoy leía una entrevista a un empresario indio del software que tiene buena parte de la responsabilidad del éxito actual de ese gran país en la informática. Decía que todo se debía al impulso que el presidente Nehru le había dado a las ciencias y las matemáticas en los años cincuenta o sesenta.
A principios de la década de los sesenta en el siglo XX la gente decía que nadie se hace rico con animales de pico. Nacía en la región la industria avícola y muchos se quebraron en el intento. Pero al cabo de los años, ese sector ha sido muy importante para la comarca.
Es probable que acá donde estoy en la soleada Bucaramanga de enero esté naciendo una actividad empresarial que pueda transformar todo el desarrollo de la ciudad y de la región. Y quizás, desde nuestra perspectiva actual, creamos que esa actividad no es capaz de producir dinero.
Hay que tener un terreno, un espacio mental y físico para que esos nuevos talentos prosperen. Y , como ha ocurrido en la India y en otros lugares, todo tiene que comenzar con la educación. Suena bien pero no es fácil, hay que trabajar duro y los resultados solamente se aprecian a largo plazo. Eso no le gusta a nuestros políticos que tienen que presentar resultados tangibles para poder sobrevivir.
Deberíamos escoger inicialmente una o dos áreas de competencias para trabajar intensamente. La idea sería formar docentes que nos lleven a tener buenos resultados en un tiempo razonable. A medida que se dominen las técnicas y se aprovechen los recursos se podrá ir avanzando hacia otras competencias.
No quiero hacer enumeraciones sobre cual debería ser el área de conocimiento para iniciar. Eso depende de los expertos y de las oportunidades que se encuentren.
Pero, en últimas debemos lograr que nuestras escuelas y colegios de primaria y media se acerquen a los niveles de las mismas instituciones en países desarrollados.
¿Qué eso no nos dejará hacer viaductos y autopistas? Les aseguro que no. Pero si, nos obligará a trabajar más a todos
A principios de la década de los sesenta en el siglo XX la gente decía que nadie se hace rico con animales de pico. Nacía en la región la industria avícola y muchos se quebraron en el intento. Pero al cabo de los años, ese sector ha sido muy importante para la comarca.
Es probable que acá donde estoy en la soleada Bucaramanga de enero esté naciendo una actividad empresarial que pueda transformar todo el desarrollo de la ciudad y de la región. Y quizás, desde nuestra perspectiva actual, creamos que esa actividad no es capaz de producir dinero.
Hay que tener un terreno, un espacio mental y físico para que esos nuevos talentos prosperen. Y , como ha ocurrido en la India y en otros lugares, todo tiene que comenzar con la educación. Suena bien pero no es fácil, hay que trabajar duro y los resultados solamente se aprecian a largo plazo. Eso no le gusta a nuestros políticos que tienen que presentar resultados tangibles para poder sobrevivir.
Deberíamos escoger inicialmente una o dos áreas de competencias para trabajar intensamente. La idea sería formar docentes que nos lleven a tener buenos resultados en un tiempo razonable. A medida que se dominen las técnicas y se aprovechen los recursos se podrá ir avanzando hacia otras competencias.
No quiero hacer enumeraciones sobre cual debería ser el área de conocimiento para iniciar. Eso depende de los expertos y de las oportunidades que se encuentren.
Pero, en últimas debemos lograr que nuestras escuelas y colegios de primaria y media se acerquen a los niveles de las mismas instituciones en países desarrollados.
¿Qué eso no nos dejará hacer viaductos y autopistas? Les aseguro que no. Pero si, nos obligará a trabajar más a todos
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