martes, marzo 25, 2008

Nunca es triste la verdad

Los estrategas de la guerra no temen en recurrir a esconder verdades o fabricar mentiras para favorecer sus propios intereses.
Los nacionalistas intentaron siempre minimizar y tergiversar el desastroso bombardeo de Guernika durante la guerra civil española. Ganaron la guerra pero ese lamentable episodio les costó muchos dolores de cabeza.
En el nuevo escenario de la confrontación con la subversión, será FUNDAMENTAL decir la verdad porque gracias a ella y a la intensa e inteligente labor de esos diplomáticos, que aún no entran a actuar, ganaremos o recuperaremos credibilidad en el exterior.
Toda palabra que se diga, toda foto que se publique podrá ser usada en contra del país. Hay que ser muy cuidadosos en estos meses porque todos estamos muy sensibles y los problemas no pasaron con unos apretones de manos y un concierto en la frontera.
Usted, amigo lector, podrá ser partidario o adversario del presidente Uribe. En un caso o en otro tiene todo su derecho en expresar sus opiniones pero tendrá que tener en cuenta que todo podrá ser usado contra la nación. Con razones, con argumentos, con pruebas hay que decir todo y asumir las consecuencias. El Gobierno tiene que estar dispuesto a encajar y aceptar que no todo es perfecto. De hecho, a veces, el presidente Uribe parece el jefe de la oposición frente a algunas decisiones de gobierno.
Pero las defensas también tienen que hacerse con los mismos criterios. Más defensas aguerridas en comités de trabajo y menos en medios de comunicación.
Decir la verdad y siempre la verdad tiene justificación también porque es otra forma de expresar el repudio al uso de todas las formas de lucha para conseguir el poder. Y esto no puede aplicar exclusivamente para los partidarios del gobierno actual.

martes, marzo 11, 2008

Nuevos retos

Debo confesar que los hechos y las palabras pronunciadas la semana pasada me dejaron un sabor amargo.
Lo de Santo Domingo fue apenas un episodio para bajarle el tono a la discusión que había llegado a un nivel inconcebible en otras épocas o en otros países. El lumpen ha llegado al poder y se expresa en público y en privado como lo que es.
A los colombianos no se nos olvidarán las frases de los presidentes Correa y Chávez. Sabemos que esas frases altisonantes expresan más la verdad que el lenguaje diplomático. Por fin mostraron su juego.
Voy a tomar prestadas unas frases publicadas en la edición del 11 de marzo de 2008 del diario madrileño EL PAIS porque resumen muy bien el problema de Colombia: “Por su componente mafioso y el poder del narcotráfico, las FARC no son una guerrilla convencional. Consciente de ello, el objetivo del Gobierno no es tanto liquidar a las FARC, tarea harto improbable, como forzarla a negociar sin condiciones. Pero el apoyo logístico y político prestado a la guerrilla por Ecuador y Venezuela (que ha enviado armas y dinero) puede dificultar el empeño de Colombia de poner fin a casi cuatro décadas de horror”.
Esta es la clave. Colombia está ganando una muy larga y dolorosa guerra pero Venezuela y Ecuador decidieron darle apoyo al enemigo a las FARC. Puede parecer brusco pero es verdad. Y esto no lo podemos tolerar.
Ecuador no da su brazo a torcer y no quiere restablecer relaciones. Venezuela quiere olvidar el episodio del desplazamiento de tropas pero quiere seguir interviniendo en la política interna de Colombia.
En esta fase de la confrontación, la guerra se ha internacionalizado y va a ser difícil lograr que vuelva a ser considerada como antes. En consecuencia, ha llegado la hora de establecer una estrategia que nos permita a los colombianos tener mucho más margen de maniobra en todos los terrenos.
El gobierno deber ir de la mano con los empresarios para buscar nuevos mercados de nuestros productos y servicios. No es bueno depender tanto de unos vecinos cuyos gobiernos no son amistosos. A la par con el comercio debemos trabajar duramente en toda América para mejorar sustancialmente nuestras relaciones diplomáticas. Ya es hora de prestarle atención a este frente exterior y colocar allá a muchos de nuestros mejores funcionarios. Tenemos que saber que piensan de nosotros en esos países para actuar con presteza y eficacia.
En Europa y otros países claves la presencia debe ser igualmente vigorosa, adoptando estrategias acordes con sus circunstancias particulares.
Tendremos que reforzar la presencia nacional en las fronteras del sur y el oriente y no solamente con el componente militar. En un escrito anterior hicimos referencia a este tema.
Esto requerirá dinero pero el asunto no es solo de recursos. Aparte de la voluntad del Gobierno se requerirá el concurso de la sociedad.

miércoles, marzo 05, 2008

Las crisis sirven

Las crisis sirven para mostrar verdades y para que las personas muestren sus virtudes y defectos.
Las diferencias actuales con los países vecinos deberán ser superadas. Sin embargo, hace un mes un amigo que vive en España me escribió diciéndome que estaba muy preocupado porque allá se veía un escenario de guerra con Venezuela.
Y allí estamos, así nos cueste trabajo creerlo. Sin mayor preparación e intentando llegar a acuerdos de nación.
Con todo respeto me parece que la comisión asesora de relaciones exteriores debió reunirse el lunes en la mañana y no el martes en la tarde. Quizás habríamos manejado mejor las cartas a jugar en estos momentos.
En la reunión de la OEA quedaron claros los países amigos de Venezuela y adversarios de Colombia. Ha llegado la hora de poner a jugar a nuestros mejores políticos en el ejercicio de la diplomacia.
El Polo Democrático Alternativo PDA con su reciente declaración no está de acuerdo con las ideas del Gobierno y casi suscribe las mismas ideas de Caracas y Quito.
Lo que sucedió es claro. Existía la certeza de poder dar de baja al cabecilla más importante de las FARC pero lamentablemente su campamento resultó estar localizado en el territorio de un país vecino que poco ha colaborado en las campañas contra la subversión y el narcotráfico. Las oportunidades no dan espera y había que tomar una decisión.
La muerte de Raúl Reyes es un triunfo muy importante, quizás crucial, en la lucha de Colombia contra las FARC a tal punto que ha suscitado una verdadera tormenta.
Colombia no va a invadir a Ecuador y a ningún país, pero no puede tolerar que ningún país pueda dar cobijo e impunidad a los delincuentes que están atacando a los ciudadanos y sus instituciones. Los países de América quieren cuidarse ante sus propios problemas fronterizos.
Lo que han dicho los presidentes de Ecuador y especialmente el de Venezuela es intolerable. No solamente el irrespeto a la persona del presidente de Colombia sino su expresión de voluntad de darles crédito y respaldo jurídico a las guerrillas. Para ser coherentes, creemos que Colombia no debe insistir en esa demanda contra el Presidente de Venezuela porque es llevar el diferendo al escenario en que ellos han querido jugar.
Quizás en esta América del Sur no se han dado cuenta de lo que ha pasado en Colombia en los últimos tiempos. Las FARC están completamente desacreditadas y el rechazo de la sociedad es casi unánime. Y, por primera vez en años, la contienda irregular está siendo ganada por las instituciones legítimas del país. Esto les puede doler a algunos pero es absolutamente cierto.
Pero volvamos a nuestra idea recurrente. La asesora de relaciones exteriores marcó una pauta muy importante y le mostrará a propios extraños el respaldo al Gobierno y a las instituciones. El Presidente Uribe tiene que aprovechar esta segunda coyuntura en un mes para hacer un verdadero gobierno nacional y llamar a colaborar a los mejores expertos en todas las materias.
El problema con Venezuela seguirá hasta que deje la presidencia el señor Hugo Chávez Frías.

lunes, marzo 03, 2008

Un largo fin de semana

Cuando me disponía a escribir algo expresando mi intención de participar en la marcha del 6 de marzo me encuentro con la noticia de la muerte de alias Raúl Reyes y los hombres que lo acompañaban.
¿Cuál sería la reacción de las FARC ante ese hecho tan grave que le quitaba el mejor, el más intransigente, el más capaz y peligroso de sus líderes?.
Durante muchas horas escuchamos las opiniones de distintas personalidades de la nación y nos preocupaba la suerte de todos los secuestrados. Ya nos han dado terribles demostraciones de cobardía y salvajismo con el asesinato de los diputados a la asamblea del departamento del Valle del Cauca.
También pensamos que esa reacción no sería fácil porque los jefes de las FARC tuvieron una prueba fehaciente sobre el uso de las comunicaciones satelitales y sus consecuencias. Creíamos y creemos que las recientes capturas y muertes de jefes los tendrá que llevar más temprano que tarde a la mesa de negociación.
Pero vino la reacción por un camino previsible pero que no esperábamos. Los colombianos siempre habíamos estado solos en nuestros conflictos y el mundo poco se interesaba por nuestros problemas. Así había sido antes, pero ya no.
La acción de muerte de Reyes se produjo en Ecuador. Eso nunca se ha negado. Y de ese hecho, que no niego es delicado, se ha agarrado Chávez (antes lo llamaba Presidente Chávez) para liderar uno de los más fuertes ataques que haya recibido Colombia en los últimos sesenta años.
No sabemos si la capacidad de las FARC se ha limitado tanto que ya su respuesta la tienen que dar sus aliados internacionales. Porque es evidente la alianza de Venezuela y Ecuador con las FARC.
Vendrán unos días difíciles porque Cuba (el titiritero) es muy hábil para mover la opinión en foros como las Naciones Unidas. Y la izquierda hará también un gran esfuerzo contra Colombia por nuestros pecados. Que los tenemos en muchos campos, como los tienen todos. Es muy probable que Chávez ponga en contra nuestra a muchos de los países del hemisferio que han sido elegidos por la izquierda.
¿Y qué podemos hacer los colombianos?
Lo primero es no responder a las peligrosas pero hasta ahora verbales provocaciones de Chávez.
Tenemos que demostrar , en todas las instancias y todos los escenarios, que el gobierno de Ecuador tiene tratos con las FARC y que no era casual la existencia del campamento atacado.
El Presidente Uribe ahora si debe promover y realizar el gran pacto de la sociedad colombiana y los sectores políticos democráticos para rechazar la violencia y la doctrina de combinación de formas de lucha contra el enemigo. El presidente debe llamar al gabinete a los mejores y más representativos líderes nacionales y hacer un gobierno de unidad. Un gobierno que se prepare, que mantenga la cohesión nacional, que corrija lo malo y reafirme lo bueno. No tenemos que estar de acuerdo en todo, pero sí en lo fundamental.
Si no hacemos ese pacto es probable que superemos este momento difícil,pero habremos perdido una gran oportunidad. Y la vida nos ha enseñado que existen momentos cruciales para adoptar decisiones nuevas.