jueves, octubre 18, 2007

Caritas felices

Desde hace varios años me impresionan las elecciones colombianas. Tantos candidatos y tanto dinero invertido harían pensar que vivimos en una vibrante y activa democracia. Estamos llenos de avisos con “caritas felices”.
Hace un tiempo se hizo una reforma para reforzar a los partidos políticos y acabar con algunas prácticas indeseables.
Mirando la muy abundante publicidad de las calles y escuchando la radio se da uno cuenta que esta reforma se quedó corta, muy corta.
Que cantidad de candidatos que no proponen nada. En sus avisos solamente interesa la foto y el número en el tarjetón. El partido político no tiene importancia y por eso se encuentran unas combinaciones extrañísimas. Un candidato al Concejo de Bucaramanga por Convergencia Ciudadana es primo hermano de la candidata de ese mismo partido a la Alcaldía de la ciudad. Pues don Celestino, como se llama el candidato, no está apoyando a su partido y a su prima y se compromete con otro candidato.
El inventor del llamado “voto preferente” logró lo que siempre se busca en Colombia. Cambiar todo para no cambiar nada. Dicen los expertos en politiquería que una lista cerrada está condenada al fracaso porque no hay suficientes personas que jalonen la votación porque solamente quienes se situaban en la cabeza de las listas mostraban motivación. Es que en Colombia los partidos pueden ser muy antiguos o muy nuevos pero son muy débiles para dirigir la logística de elecciones territoriales. Y eso no les preocupa, su único esfuerzo es el de hacer las listas de los candidatos. Lo demás corre por cuenta de las micro empresas electorales.
Todavía algunos siguen hablando de los límites de gasto de las campañas electorales. Que ridiculez. Todo está hecho para gastar sin límites y para disimular. Y no pasará nada porque el Consejo electoral no puede o no quiere. ¿Y quién quiere controlar a los mandatarios en ejercicio que apoyan candidatos?. El año entrante todos tendremos que soportar las maltrechas finanzas por la feria de contratos y de órdenes de prestación de servicios.
Hemos aplaudido el proceso de la para-política pero creemos que la política a secas se merece un millón de procesos por corrupción y malversación de dineros.
¿No creen que ya es hora de forzar una verdadera reforma política?