viernes, julio 11, 2008

Los pequeños grandes asuntos

Desde hace tiempo me impresionaba que el ministro de protección social Diego Palacio siempre se refería a sumas millonarias para los hospitales y para otros asuntos de su cartera.
Y me sorprendía que siendo médico nunca hablaba de las necesidades individuales de las personas.
El suscrito es un gran aficionado al internet desde 1994 y pasa demasiadas horas al día mirando todo tipo de aplicaciones y de informativos en la web. Pero no había sacado el tiempo para inscribirme en la PILA para hacer mis gestiones de pago de la salud y la pensión que me corresponden como trabajador independiente. A principios del mes fui a mi fondo de pensiones y me dijeron que ya no me podían dar el formulario de siempre y que debía hacer el pago por internet. Me fui a mi banco y no me dieron ninguna ayuda. Después de intentar varias horas llamar por teléfono y llenar un instructivo hecho para empresas, alguien compasivamente me dio la clave de un operador y pude hacer mis pagos. Pero todo esto que les cuento me tomó dos días entre idas y venidas y llamadas sin respuesta.
A los pocos días comienzo a escuchar el problema por los medios y escucho al ministro Palacio otra vez con sus grandes números. Que eso era un problema de sólo cuatrocientas mil personas y que los otros seis millones de cotizantes ya lo estaban haciendo desde hace tiempo a través de sus empresas. Claro eran las cotizaciones del salario mínimo y de los independientes que no tienen gremios que los representen y muchos de ellos no están vinculados al sistema financiero.
Y se les olvidó a todos que el internet de Colombia aún no es masivo porque no hemos hecho una verdadera campaña para masificarlo. Y se les olvidó que la gente no tiene cuentas en los bancos por el cuatro por mil y porque ahora cobran por todo. Mis hijos me piden que les mande la plata a Bogotá en un sobre porque el banco no los deja sacar todo y siempre les cobra por todo.
Con eso del outsourcing y la reforma laboral muchos de nosotros tenemos contratos que no son laborales pero nos obligan a pagar a las EPS y a los fondos de pensiones. Y como la ley 100 se hizo en otra época tenemos que pagar la contribución completa que no pagan los trabajadores vinculados con contrato de trabajo.
Me gustaría que varios de nuestros altos dirigentes del estado se pasearan de vez en cuando por las pequeñas empresas de Colombia y conversaran con la gente del común, la que no está detrás de los políticos, la que no asiste a los consejos comunales. Que conozcan a la Colombia real.
Con ese aire liberal que siempre nos dimos, defendimos a la figura constitucional de la tutela pero resulta que en Colombia se ha desfigurado porque los empleados públicos y las Empresas prestadoras de Salud EPS no toman decisiones y siempre están a la espera de actuar cuando un Juez los obligue en virtud de un fallo judicial que tutela un derecho fundamental. Nadie piensa en la gente, solo en el bolsillo y en el propio pellejo.
Tiene que llegar pronto la hora de hacer gobierno para la persona.
Habíamos planeado escribir sobre la evolución del colombiano en los últimos veinte años y lo haremos en otra ocasión.

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