Me declaro incapaz de expresar lo que siento después de la semana en la que las FARC devolvieron a la vida a seis colombianos.
Para no se censurado por los apasionados me quedo con la imagen del encuentro de Sigifredo López con sus hijos.
No sé cual vaya a ser la suerte de Colombia. Creo que no tiene sentido insistir más en la necesidad de un gran acuerdo nacional. No están dadas las condiciones.
Trataré de escribir más sobre mi percepción de la vida y otros asuntos. No es fácil porque eso implica desnudar el alma en público.
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