Cuando comencé a trabajar en 1976 mi jefe por quien sentía y siento un gran respeto se refería con gran admiración a la banca europea y especialmente a la del Reino Unido.
Durante treinta años mantuve una modesta cuenta corriente en el banco que tuvo varios nombres pero que siempre estuvo dirigido por la gente Llodys Bank. Cuando lo vendieron acepté la teoría de mi esposa en el sentido de que yo no importaba la tradición como cliente sino la plata y el futuro. Y yo no tenía plata.
Hoy esos bancos están pasando a manos de sus gobiernos y su valor se ha reducido dramáticamente. Es probable que algunos de ellos desaparezcan por fusión o por otras causas.
Para una persona que nació en la posguerra todo un baby boomer resulta sorprendente lo que está pasando. Lo que parecía sólido como una roca está demostrando que no lo era tanto.
Es que pasó demasiado tiempo sin cambiar el modelo. Mucha gente que conozco y yo entre ellos, nos matamos en la vida para comprar una casa. Y como había que trabajar duro para pagarla nos pasábamos la mayor parte del día en el trabajo o manejando para ir o venir. Tanto trabajo para no disfrutar casi. Y con el paso del tiempo resulta que esa casa, mucho más grande y confortable que las actuales, no gusta y tiene un gran precio de castigo si se quiere vender.
Pero el modelo funcionaba o así nos decían. Si funciona no lo toque dicen los expertos. Que farsa!. Resulta que los recursos si son finitos y estamos acabando con el planeta. No me atrevo a pensar como describirán este período los escritores del futuro pero estoy seguro de la severidad de sus juicios.
Es probable que esas ventajas competitivas de antes cambien y así aparezcan nuevas oportunidades para países y regiones como la nuestra. En esto hay que involucrar a mucha más gente para hacer masa crítica que logre los cambios. Hay que trabajar con las personas individualmente consideradas para que entiendan y lideren su cambio personal y grupal.
No he escuchado ningún mea culpa de las Fuerzas Militares de Colombia por los falsos postivos. Un reconocimiento de estos errores y el propósito de enmienda servirá no solamente para mejorar su respetabilidad sino también como ejemplo para que todos comencemos actuar SIEMPRE con rectitud.
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