Quiero pedir excusas a mis lectores porque mis últimos escritos se habían referido únicamente al tema de la crisis paramilitar de Colombia y en general a las últimas crisis políticas de la nación. Como si no existieran otros temas.
Por razones de trabajo y para visitar a mis hijos he dejado por unos días mi encierro bumangués y me he venido a Bogotá. He aprovechado este viaje para escuchar menos radio, leer de otros temas y pasear por la ciudad. Para olvidar? No, de ninguna manera, el tema es muy importante para olvidarlo. Pero si para refrescarme un poco.
El otro día escribí sobre la necesidad de hacer un gran esfuerzo con capitales de todo el mundo para modernizar nuestra infraestructura vial. Cada vez que uso una carretera o me muevo por las calles de Bogotá o de cualquier ciudad grande veo más evidente esa necesidad.
Una solución tardía cuando el petróleo sube y sube? Claro que si, pero tampoco veo que la gente vaya a dejar guardados sus vehículos a menos que el alza llegue de manera repentina a niveles insostenibles.
Existen muchas soluciones pero todas demandan mucho dinero y una fuerte decisión política. Veamos algunas, no necesariamente las más importantes.
Los sistemas de transporte masivo tipo transmilenio son un aporte importante. Lamentablemente han caído en los vicios de esa implacable y corrupta máquina de contratación nacional. Pero saldrán adelante, más tarde de lo previsto, pero serán un apoyo importante. Es muy importante que todas las autoridades sigan desarrollando esos sistemas y saquen muy rápido de circulación los buses viejos. Mucha ha sido la propaganda sobre el sistema de Bogotá pero todavía vemos muchas busetas y buses viejos casi vacíos. Y el transmilenio lleno a todas horas. Como si fuera cierto el cuento de que los buses siempre deben ir llenos.
Deberíamos impulsar un gran programa de chatarrización de automotores viejos que contaminan y consumen mucho combustible. Esto sirve para dinamizar aún más el mercado del usado y le permitiría a la gente mejorar sus medios de desplazamiento.
En varios países de Europa han rebajado hasta cero el pago de impuestos a los vehículos nuevos que cumplan ciertas normas, por cierto muy estrictas, de contaminación y de consumo de combustibles. Aquí podríamos hacer algo parecido para que la gente deje de usar esas grandes camionetas y utilice carros pequeños con alta eficiencia.
Tenemos que volver a pensar seriamente en el ferrocarril y no solamente para transportar carbón. El río Magdalena es también una red vital de transporte pero necesita más atención para que sea un sistema confiable todo el año.
Y a estas ideas se pueden sumar muchas otras que he omitido por razones de espacio.
Para terminar quiero solamente mencionar un ejemplo sobre decisiones administrativas bien intencionadas que afectan el medio ambiente. En Bucaramanga si usted tiene una pick-up, es decir, una camioneta con platón, no está sujeto al pico y placa de los demás vehículos privados. La gente que no es tonta ha decidido comprar estos grandes carros que consumen mucho combustible y transportan a poca gente. Mientras en Estados Unidos nadie compra esos artilugios, en mi ciudad tienen gran demanda gracias a las equivocaciones del gobierno local.
sábado, mayo 10, 2008
lunes, abril 28, 2008
Verdad, Justicia y Reparación
Por ningún motivo se pueden detener las investigaciones de la Corte Suprema y la Fiscalía en relación con los políticos que se beneficiaron por sus alianzas con los paramilitares. Es más, hay que urgir, comedidamente, pero firmemente para que avancen investigaciones que hoy parecen detenidas.
¿Qué hay de lo esbozado sobre el departamento de Santander? Todo quedó en unas cuantas renuncias? No puede ser, definitivamente no.
Verdad, Justicia y Reparación son las palabras claves. Sin conocer toda la verdad, sin hacer justicia con todas sus consecuencias y sin hacer reparaciones individuales y colectivas no será posible conseguir nuevos consensos sobre el destino del país.
Todos los que creyeron que con la muerte, el secuestro, el tráfico de drogas, el desplazamiento forzado y muchos otros delitos tendrán que ser severamente castigados. El perdón tendrá que existir pero no para los casos graves. Algunos de esos delincuentes están en las selvas y otros están agazapados esperando a que la marea baje y puedan pasar desapercibidos.
Bienvenidas las propuestas, todas. Con algunas estaremos de acuerdo y con otras discreparemos. Hay que escuchar a todo el mundo. No es fácil salir del problema. Dejamos que avanzara esta visión mafiosa y cortarla será muy doloroso porque ha hecho metástasis en casi toda la sociedad.
¿Qué hay de lo esbozado sobre el departamento de Santander? Todo quedó en unas cuantas renuncias? No puede ser, definitivamente no.
Verdad, Justicia y Reparación son las palabras claves. Sin conocer toda la verdad, sin hacer justicia con todas sus consecuencias y sin hacer reparaciones individuales y colectivas no será posible conseguir nuevos consensos sobre el destino del país.
Todos los que creyeron que con la muerte, el secuestro, el tráfico de drogas, el desplazamiento forzado y muchos otros delitos tendrán que ser severamente castigados. El perdón tendrá que existir pero no para los casos graves. Algunos de esos delincuentes están en las selvas y otros están agazapados esperando a que la marea baje y puedan pasar desapercibidos.
Bienvenidas las propuestas, todas. Con algunas estaremos de acuerdo y con otras discreparemos. Hay que escuchar a todo el mundo. No es fácil salir del problema. Dejamos que avanzara esta visión mafiosa y cortarla será muy doloroso porque ha hecho metástasis en casi toda la sociedad.
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viernes, abril 25, 2008
Pacto lejano
En muchos de mis escritos anteriores había escrito sobre la necesidad de hacer un gran pacto nacional para fijar nuevas prioridades, reglas de comportamiento político y darle nueva legitimidad a la nación.
Con lo que ha sucedido en los últimos días ese acuerdo parece más lejano. Estamos entrando a un período muy oscuro porque la verdad es muy dura y afecta a muchas personas. Y como el país se parece a las personas intuyo que seguirán los ataques para deshonrar a los Jueces y Fiscales que tienen la responsabilidad de los procesos contra Congresistas.
Hay que dejar actuar a la Justicia que no es perfecta pero intenta ser justa. Pero, lo más importante, hay que reiterar el rechazo vigoroso a los crímenes, al narcotráfico y en general al ejercicio de la violencia por los particulares. La sociedad colombiana aún no ha hecho esa renuncia de manera explícita.
Los paramilitares prenden de manera selectiva su ventilador porque no quieren cumplir ni siquiera con la generosa ley de justicia y paz. Y mueven cielo y tierra para evitar la extradición de uno de sus más peligrosos jefes el señor Jiménez alias “Macaco”. Como siempre ocurre con los delincuentes, ellos aspiran a salir indemnes de todos sus salvajes crímenes pero no saben que el péndulo ha cambiado y será imposible la impunidad. La riqueza conlleva siempre a la avaricia y ellos no quieren perder sus bienes. Y hacen una lectura en parte justificada de la sociedad colombiana, porque como dijimos antes, el rechazo a ellos y a sus acciones todavía no es muy enérgico.
Y nos viene el tema de la FARC-política. Definitivamente no puede ser manejado por nadie distinto a los Jueces y Fiscales. Y que sea lo que sea para que se conozca la verdad.
Con lo que ha sucedido en los últimos días ese acuerdo parece más lejano. Estamos entrando a un período muy oscuro porque la verdad es muy dura y afecta a muchas personas. Y como el país se parece a las personas intuyo que seguirán los ataques para deshonrar a los Jueces y Fiscales que tienen la responsabilidad de los procesos contra Congresistas.
Hay que dejar actuar a la Justicia que no es perfecta pero intenta ser justa. Pero, lo más importante, hay que reiterar el rechazo vigoroso a los crímenes, al narcotráfico y en general al ejercicio de la violencia por los particulares. La sociedad colombiana aún no ha hecho esa renuncia de manera explícita.
Los paramilitares prenden de manera selectiva su ventilador porque no quieren cumplir ni siquiera con la generosa ley de justicia y paz. Y mueven cielo y tierra para evitar la extradición de uno de sus más peligrosos jefes el señor Jiménez alias “Macaco”. Como siempre ocurre con los delincuentes, ellos aspiran a salir indemnes de todos sus salvajes crímenes pero no saben que el péndulo ha cambiado y será imposible la impunidad. La riqueza conlleva siempre a la avaricia y ellos no quieren perder sus bienes. Y hacen una lectura en parte justificada de la sociedad colombiana, porque como dijimos antes, el rechazo a ellos y a sus acciones todavía no es muy enérgico.
Y nos viene el tema de la FARC-política. Definitivamente no puede ser manejado por nadie distinto a los Jueces y Fiscales. Y que sea lo que sea para que se conozca la verdad.
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miércoles, abril 16, 2008
Para sobrevivir
A veces me levanto con ganas de hacer lo que han hecho algunas de las personas mayores que conozco: negar lo que aquí sucede, inventar una novela y vivir en consecuencia.
Pero enciendo la radio y todos los días hay una noticia sobre otro congresista que está a punto de ser detenido por la Corte Suprema de Justicia. Siempre he desconfiado de los políticos porque los conozco pero al cabo del tiempo, para sobrevivir, terminé creyendo que hacían un gran trabajo por la región.
Y llegué también a creer que algo malo hacían los amigos que se presentaban a un cargo de elección popular y perdían. Algo tenían que tener, garra y talento, esas figuras que de pronto emergían con gran éxito. Por supuesto no era eso, era lo que sabíamos de sobra, pero había que seguir viviendo. Y no se le ocurra demandar al ganador porque hace el ridículo y pierde una suma muy grande de dinero.
La ciudad también se fue derrumbando y a cada esfuerzo de concertación y planificación se respondía con la elección de un Alcalde peor. Sorprende que a estas alturas comenten que, por ejemplo, el intento de concertación con el Alcalde Cote se echó a perder porque no tuvo continuidad. Como si olvidaran que su triunfante sucesor no quería saber nada de los asuntos y personas que habían tenido participación en el proceso anterior. En su momento todos callados porque estaban en Bogotá o porque simpatizaban con los Moreno Rojas. O los honraban con presidir algunas juntas directivas.
Luchar en la vida para hacer siempre las cosas bien, con excelencia esa ha sido la meta de muchos. Lamentablemente son más los que piensan y actúan con mediocridad y solo buscan sacar partido a cualquier oportunidad que se presente. El progreso se da pero cada vez estamos más lejos de la excelencia. Parece como si siempre hubiera que estar empezando de nuevo porque la gente ni aprende ni olvida.
Y así pasa la vida. Cuando la cámara de comercio de Bucaramanga hizo una oposición seria a las acciones del Gobernador de Santander, algunos empresarios se pusieron de lado del Gobernador, le organizaron homenajes y atacaron a esa organización. Desde el principio se sabía lo que iba a suceder y se dieron todos los avisos. Nada pasó cuando era remediable.
Por eso es mejor olvidar todo y armar una fábula interna sobre el país y el mundo. Y a ganar plata porque a eso vinimos a este mundo. No importa lo que dejemos, finalmente el mundo es grande.
Pero enciendo la radio y todos los días hay una noticia sobre otro congresista que está a punto de ser detenido por la Corte Suprema de Justicia. Siempre he desconfiado de los políticos porque los conozco pero al cabo del tiempo, para sobrevivir, terminé creyendo que hacían un gran trabajo por la región.
Y llegué también a creer que algo malo hacían los amigos que se presentaban a un cargo de elección popular y perdían. Algo tenían que tener, garra y talento, esas figuras que de pronto emergían con gran éxito. Por supuesto no era eso, era lo que sabíamos de sobra, pero había que seguir viviendo. Y no se le ocurra demandar al ganador porque hace el ridículo y pierde una suma muy grande de dinero.
La ciudad también se fue derrumbando y a cada esfuerzo de concertación y planificación se respondía con la elección de un Alcalde peor. Sorprende que a estas alturas comenten que, por ejemplo, el intento de concertación con el Alcalde Cote se echó a perder porque no tuvo continuidad. Como si olvidaran que su triunfante sucesor no quería saber nada de los asuntos y personas que habían tenido participación en el proceso anterior. En su momento todos callados porque estaban en Bogotá o porque simpatizaban con los Moreno Rojas. O los honraban con presidir algunas juntas directivas.
Luchar en la vida para hacer siempre las cosas bien, con excelencia esa ha sido la meta de muchos. Lamentablemente son más los que piensan y actúan con mediocridad y solo buscan sacar partido a cualquier oportunidad que se presente. El progreso se da pero cada vez estamos más lejos de la excelencia. Parece como si siempre hubiera que estar empezando de nuevo porque la gente ni aprende ni olvida.
Y así pasa la vida. Cuando la cámara de comercio de Bucaramanga hizo una oposición seria a las acciones del Gobernador de Santander, algunos empresarios se pusieron de lado del Gobernador, le organizaron homenajes y atacaron a esa organización. Desde el principio se sabía lo que iba a suceder y se dieron todos los avisos. Nada pasó cuando era remediable.
Por eso es mejor olvidar todo y armar una fábula interna sobre el país y el mundo. Y a ganar plata porque a eso vinimos a este mundo. No importa lo que dejemos, finalmente el mundo es grande.
lunes, abril 07, 2008
Dengue
Mientras esperaba desenlaces y la firma de un contrato que no llega, fui víctima de un dengue clásico.
Aparte de dolores en todos los rincones del cuerpo se siente un desánimo espantoso que le quita todo el sentido a la vida.
En toda mi enfermedad no hice sino pensar en los enfermos que están en las selvas colombianas. Un dengue es terrible pero no es nada frente a toda la suma de enfermedades tropicales que ellos padecen sumadas al largo cautiverio y al maltrato de los captores y de algunos compañeros.
¿Por qué nosotros hemos tenido que presenciar y sufrir en carne propia las más atroces expresiones de violencia?
Mi hijo mayor tiene 26 años y quizás sus recuerdos más lejanos sean el asesinato del abuelo por la guerrilla y el ataque al Palacio de Justicia.
Y nosotros no nos volvimos salvajes asesinos como esos Castaños y muchos personajes que conozco que ayudaron en sus inicios a esas mortíferas máquinas asesinas.
Seguimos luchando en este país que nos tocó donde casi siempre abunda más la sinrazón que la razón.
En un país donde una de sus guerrillas que anteriormente se proclamaba pura tiene que estar abrevando en las fuentes del narco-tráfico, porque es la única explicación a sus largas a un proceso de paz. Me refiero al Ejército de Liberación Nacional de Colombia y a la desautorización a su ex líder Gerardo Bermúdez, alias Francisco Galán.
Aparte de dolores en todos los rincones del cuerpo se siente un desánimo espantoso que le quita todo el sentido a la vida.
En toda mi enfermedad no hice sino pensar en los enfermos que están en las selvas colombianas. Un dengue es terrible pero no es nada frente a toda la suma de enfermedades tropicales que ellos padecen sumadas al largo cautiverio y al maltrato de los captores y de algunos compañeros.
¿Por qué nosotros hemos tenido que presenciar y sufrir en carne propia las más atroces expresiones de violencia?
Mi hijo mayor tiene 26 años y quizás sus recuerdos más lejanos sean el asesinato del abuelo por la guerrilla y el ataque al Palacio de Justicia.
Y nosotros no nos volvimos salvajes asesinos como esos Castaños y muchos personajes que conozco que ayudaron en sus inicios a esas mortíferas máquinas asesinas.
Seguimos luchando en este país que nos tocó donde casi siempre abunda más la sinrazón que la razón.
En un país donde una de sus guerrillas que anteriormente se proclamaba pura tiene que estar abrevando en las fuentes del narco-tráfico, porque es la única explicación a sus largas a un proceso de paz. Me refiero al Ejército de Liberación Nacional de Colombia y a la desautorización a su ex líder Gerardo Bermúdez, alias Francisco Galán.
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martes, abril 01, 2008
A mi tampoco me gusta
Poco a poco, demasiado lento, avanzan las investigaciones sobre la para-política en Colombia.
Se han venido judicializando las conductas de muchas personas que hicieron pactos con los paras para ser elegidos en las corporaciones públicas. Falta mucho porque de una u otra manera el sistema político colombiano se desnaturalizó hace mucho tiempo.
Pero no solo la política, basta salir a las calles para ver el comportamiento de las gentes. Hagamos abstracción del desorden y la suciedad que nos invade y miremos quienes conducen los nuevos automóviles. Miremos la actitud de la gente que bloquea una calle sin pensar en los vecinos. Todo, o casi todo, está tomando esa característica de haga lo que se le de la gana. Los que amenazan porque defienden contratos mal habidos.
La Justicia colombiana ha comenzado a actuar en algunas regiones y con ciertos personajes. Pero faltan las regiones más importantes y entrarle al tema más grueso, las elecciones territoriales.
Cuando era joven me sentí atraído por la política pero muy pronto comprendí que eso ya tenía dueños y que carecía de la ambición desaforada de dinero y gloria. Decían que había que trabajar mucho para hacer política. Pero no en el Congreso con las leyes y los debates. El trabajo era con la clientela ávida de dinero y de puestos en la administración. Esos llamados “líderes de barrio” son en muchos casos unos verdaderos delincuentes que la piden plata a todos y solo se comprometen con el mejor postor.
Ahora nos enfrentamos a la situación muy penosa de tener más de cincuenta congresistas judicializados por sus nexos con los paras. Intentar elegir un nuevo Congreso sería una buena fórmula para dentro de treinta años. Lamentablemente, si hacemos elecciones el año entrante, estos personajes se harían reelegir nuevamente o quienes los reemplacen están imbuidos por los mismos principios perversos. Se podría optar por suprimir el horroroso y corrupto voto preferente y tomar otras decisiones similares pero el problema seguiría.
¿Acabar con una o dos generaciones de políticos?. Esto es decir que se instauraría una dictadura en el país. No es el mejor de los remedios definitivamente. Porque la mayoría de estos personajes se camuflarían en el gobierno o se convertirían en contratistas del estado.
Lo más sensato sería, sin dejar de pensar en las ideas de hacer un cambio constitucional drástico, seguir acompañando a las Altas Cortes en su labor. Tenemos que conocer toda la verdad para que no se nos escapen muchos que están agazapados esperando que alguien diga: tapen, tapen, ya no sigamos más.
Se han venido judicializando las conductas de muchas personas que hicieron pactos con los paras para ser elegidos en las corporaciones públicas. Falta mucho porque de una u otra manera el sistema político colombiano se desnaturalizó hace mucho tiempo.
Pero no solo la política, basta salir a las calles para ver el comportamiento de las gentes. Hagamos abstracción del desorden y la suciedad que nos invade y miremos quienes conducen los nuevos automóviles. Miremos la actitud de la gente que bloquea una calle sin pensar en los vecinos. Todo, o casi todo, está tomando esa característica de haga lo que se le de la gana. Los que amenazan porque defienden contratos mal habidos.
La Justicia colombiana ha comenzado a actuar en algunas regiones y con ciertos personajes. Pero faltan las regiones más importantes y entrarle al tema más grueso, las elecciones territoriales.
Cuando era joven me sentí atraído por la política pero muy pronto comprendí que eso ya tenía dueños y que carecía de la ambición desaforada de dinero y gloria. Decían que había que trabajar mucho para hacer política. Pero no en el Congreso con las leyes y los debates. El trabajo era con la clientela ávida de dinero y de puestos en la administración. Esos llamados “líderes de barrio” son en muchos casos unos verdaderos delincuentes que la piden plata a todos y solo se comprometen con el mejor postor.
Ahora nos enfrentamos a la situación muy penosa de tener más de cincuenta congresistas judicializados por sus nexos con los paras. Intentar elegir un nuevo Congreso sería una buena fórmula para dentro de treinta años. Lamentablemente, si hacemos elecciones el año entrante, estos personajes se harían reelegir nuevamente o quienes los reemplacen están imbuidos por los mismos principios perversos. Se podría optar por suprimir el horroroso y corrupto voto preferente y tomar otras decisiones similares pero el problema seguiría.
¿Acabar con una o dos generaciones de políticos?. Esto es decir que se instauraría una dictadura en el país. No es el mejor de los remedios definitivamente. Porque la mayoría de estos personajes se camuflarían en el gobierno o se convertirían en contratistas del estado.
Lo más sensato sería, sin dejar de pensar en las ideas de hacer un cambio constitucional drástico, seguir acompañando a las Altas Cortes en su labor. Tenemos que conocer toda la verdad para que no se nos escapen muchos que están agazapados esperando que alguien diga: tapen, tapen, ya no sigamos más.
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martes, marzo 25, 2008
Nunca es triste la verdad
Los estrategas de la guerra no temen en recurrir a esconder verdades o fabricar mentiras para favorecer sus propios intereses.
Los nacionalistas intentaron siempre minimizar y tergiversar el desastroso bombardeo de Guernika durante la guerra civil española. Ganaron la guerra pero ese lamentable episodio les costó muchos dolores de cabeza.
En el nuevo escenario de la confrontación con la subversión, será FUNDAMENTAL decir la verdad porque gracias a ella y a la intensa e inteligente labor de esos diplomáticos, que aún no entran a actuar, ganaremos o recuperaremos credibilidad en el exterior.
Toda palabra que se diga, toda foto que se publique podrá ser usada en contra del país. Hay que ser muy cuidadosos en estos meses porque todos estamos muy sensibles y los problemas no pasaron con unos apretones de manos y un concierto en la frontera.
Usted, amigo lector, podrá ser partidario o adversario del presidente Uribe. En un caso o en otro tiene todo su derecho en expresar sus opiniones pero tendrá que tener en cuenta que todo podrá ser usado contra la nación. Con razones, con argumentos, con pruebas hay que decir todo y asumir las consecuencias. El Gobierno tiene que estar dispuesto a encajar y aceptar que no todo es perfecto. De hecho, a veces, el presidente Uribe parece el jefe de la oposición frente a algunas decisiones de gobierno.
Pero las defensas también tienen que hacerse con los mismos criterios. Más defensas aguerridas en comités de trabajo y menos en medios de comunicación.
Decir la verdad y siempre la verdad tiene justificación también porque es otra forma de expresar el repudio al uso de todas las formas de lucha para conseguir el poder. Y esto no puede aplicar exclusivamente para los partidarios del gobierno actual.
Los nacionalistas intentaron siempre minimizar y tergiversar el desastroso bombardeo de Guernika durante la guerra civil española. Ganaron la guerra pero ese lamentable episodio les costó muchos dolores de cabeza.
En el nuevo escenario de la confrontación con la subversión, será FUNDAMENTAL decir la verdad porque gracias a ella y a la intensa e inteligente labor de esos diplomáticos, que aún no entran a actuar, ganaremos o recuperaremos credibilidad en el exterior.
Toda palabra que se diga, toda foto que se publique podrá ser usada en contra del país. Hay que ser muy cuidadosos en estos meses porque todos estamos muy sensibles y los problemas no pasaron con unos apretones de manos y un concierto en la frontera.
Usted, amigo lector, podrá ser partidario o adversario del presidente Uribe. En un caso o en otro tiene todo su derecho en expresar sus opiniones pero tendrá que tener en cuenta que todo podrá ser usado contra la nación. Con razones, con argumentos, con pruebas hay que decir todo y asumir las consecuencias. El Gobierno tiene que estar dispuesto a encajar y aceptar que no todo es perfecto. De hecho, a veces, el presidente Uribe parece el jefe de la oposición frente a algunas decisiones de gobierno.
Pero las defensas también tienen que hacerse con los mismos criterios. Más defensas aguerridas en comités de trabajo y menos en medios de comunicación.
Decir la verdad y siempre la verdad tiene justificación también porque es otra forma de expresar el repudio al uso de todas las formas de lucha para conseguir el poder. Y esto no puede aplicar exclusivamente para los partidarios del gobierno actual.
martes, marzo 11, 2008
Nuevos retos
Debo confesar que los hechos y las palabras pronunciadas la semana pasada me dejaron un sabor amargo.
Lo de Santo Domingo fue apenas un episodio para bajarle el tono a la discusión que había llegado a un nivel inconcebible en otras épocas o en otros países. El lumpen ha llegado al poder y se expresa en público y en privado como lo que es.
A los colombianos no se nos olvidarán las frases de los presidentes Correa y Chávez. Sabemos que esas frases altisonantes expresan más la verdad que el lenguaje diplomático. Por fin mostraron su juego.
Voy a tomar prestadas unas frases publicadas en la edición del 11 de marzo de 2008 del diario madrileño EL PAIS porque resumen muy bien el problema de Colombia: “Por su componente mafioso y el poder del narcotráfico, las FARC no son una guerrilla convencional. Consciente de ello, el objetivo del Gobierno no es tanto liquidar a las FARC, tarea harto improbable, como forzarla a negociar sin condiciones. Pero el apoyo logístico y político prestado a la guerrilla por Ecuador y Venezuela (que ha enviado armas y dinero) puede dificultar el empeño de Colombia de poner fin a casi cuatro décadas de horror”.
Esta es la clave. Colombia está ganando una muy larga y dolorosa guerra pero Venezuela y Ecuador decidieron darle apoyo al enemigo a las FARC. Puede parecer brusco pero es verdad. Y esto no lo podemos tolerar.
Ecuador no da su brazo a torcer y no quiere restablecer relaciones. Venezuela quiere olvidar el episodio del desplazamiento de tropas pero quiere seguir interviniendo en la política interna de Colombia.
En esta fase de la confrontación, la guerra se ha internacionalizado y va a ser difícil lograr que vuelva a ser considerada como antes. En consecuencia, ha llegado la hora de establecer una estrategia que nos permita a los colombianos tener mucho más margen de maniobra en todos los terrenos.
El gobierno deber ir de la mano con los empresarios para buscar nuevos mercados de nuestros productos y servicios. No es bueno depender tanto de unos vecinos cuyos gobiernos no son amistosos. A la par con el comercio debemos trabajar duramente en toda América para mejorar sustancialmente nuestras relaciones diplomáticas. Ya es hora de prestarle atención a este frente exterior y colocar allá a muchos de nuestros mejores funcionarios. Tenemos que saber que piensan de nosotros en esos países para actuar con presteza y eficacia.
En Europa y otros países claves la presencia debe ser igualmente vigorosa, adoptando estrategias acordes con sus circunstancias particulares.
Tendremos que reforzar la presencia nacional en las fronteras del sur y el oriente y no solamente con el componente militar. En un escrito anterior hicimos referencia a este tema.
Esto requerirá dinero pero el asunto no es solo de recursos. Aparte de la voluntad del Gobierno se requerirá el concurso de la sociedad.
Lo de Santo Domingo fue apenas un episodio para bajarle el tono a la discusión que había llegado a un nivel inconcebible en otras épocas o en otros países. El lumpen ha llegado al poder y se expresa en público y en privado como lo que es.
A los colombianos no se nos olvidarán las frases de los presidentes Correa y Chávez. Sabemos que esas frases altisonantes expresan más la verdad que el lenguaje diplomático. Por fin mostraron su juego.
Voy a tomar prestadas unas frases publicadas en la edición del 11 de marzo de 2008 del diario madrileño EL PAIS porque resumen muy bien el problema de Colombia: “Por su componente mafioso y el poder del narcotráfico, las FARC no son una guerrilla convencional. Consciente de ello, el objetivo del Gobierno no es tanto liquidar a las FARC, tarea harto improbable, como forzarla a negociar sin condiciones. Pero el apoyo logístico y político prestado a la guerrilla por Ecuador y Venezuela (que ha enviado armas y dinero) puede dificultar el empeño de Colombia de poner fin a casi cuatro décadas de horror”.
Esta es la clave. Colombia está ganando una muy larga y dolorosa guerra pero Venezuela y Ecuador decidieron darle apoyo al enemigo a las FARC. Puede parecer brusco pero es verdad. Y esto no lo podemos tolerar.
Ecuador no da su brazo a torcer y no quiere restablecer relaciones. Venezuela quiere olvidar el episodio del desplazamiento de tropas pero quiere seguir interviniendo en la política interna de Colombia.
En esta fase de la confrontación, la guerra se ha internacionalizado y va a ser difícil lograr que vuelva a ser considerada como antes. En consecuencia, ha llegado la hora de establecer una estrategia que nos permita a los colombianos tener mucho más margen de maniobra en todos los terrenos.
El gobierno deber ir de la mano con los empresarios para buscar nuevos mercados de nuestros productos y servicios. No es bueno depender tanto de unos vecinos cuyos gobiernos no son amistosos. A la par con el comercio debemos trabajar duramente en toda América para mejorar sustancialmente nuestras relaciones diplomáticas. Ya es hora de prestarle atención a este frente exterior y colocar allá a muchos de nuestros mejores funcionarios. Tenemos que saber que piensan de nosotros en esos países para actuar con presteza y eficacia.
En Europa y otros países claves la presencia debe ser igualmente vigorosa, adoptando estrategias acordes con sus circunstancias particulares.
Tendremos que reforzar la presencia nacional en las fronteras del sur y el oriente y no solamente con el componente militar. En un escrito anterior hicimos referencia a este tema.
Esto requerirá dinero pero el asunto no es solo de recursos. Aparte de la voluntad del Gobierno se requerirá el concurso de la sociedad.
miércoles, marzo 05, 2008
Las crisis sirven
Las crisis sirven para mostrar verdades y para que las personas muestren sus virtudes y defectos.
Las diferencias actuales con los países vecinos deberán ser superadas. Sin embargo, hace un mes un amigo que vive en España me escribió diciéndome que estaba muy preocupado porque allá se veía un escenario de guerra con Venezuela.
Y allí estamos, así nos cueste trabajo creerlo. Sin mayor preparación e intentando llegar a acuerdos de nación.
Con todo respeto me parece que la comisión asesora de relaciones exteriores debió reunirse el lunes en la mañana y no el martes en la tarde. Quizás habríamos manejado mejor las cartas a jugar en estos momentos.
En la reunión de la OEA quedaron claros los países amigos de Venezuela y adversarios de Colombia. Ha llegado la hora de poner a jugar a nuestros mejores políticos en el ejercicio de la diplomacia.
El Polo Democrático Alternativo PDA con su reciente declaración no está de acuerdo con las ideas del Gobierno y casi suscribe las mismas ideas de Caracas y Quito.
Lo que sucedió es claro. Existía la certeza de poder dar de baja al cabecilla más importante de las FARC pero lamentablemente su campamento resultó estar localizado en el territorio de un país vecino que poco ha colaborado en las campañas contra la subversión y el narcotráfico. Las oportunidades no dan espera y había que tomar una decisión.
La muerte de Raúl Reyes es un triunfo muy importante, quizás crucial, en la lucha de Colombia contra las FARC a tal punto que ha suscitado una verdadera tormenta.
Colombia no va a invadir a Ecuador y a ningún país, pero no puede tolerar que ningún país pueda dar cobijo e impunidad a los delincuentes que están atacando a los ciudadanos y sus instituciones. Los países de América quieren cuidarse ante sus propios problemas fronterizos.
Lo que han dicho los presidentes de Ecuador y especialmente el de Venezuela es intolerable. No solamente el irrespeto a la persona del presidente de Colombia sino su expresión de voluntad de darles crédito y respaldo jurídico a las guerrillas. Para ser coherentes, creemos que Colombia no debe insistir en esa demanda contra el Presidente de Venezuela porque es llevar el diferendo al escenario en que ellos han querido jugar.
Quizás en esta América del Sur no se han dado cuenta de lo que ha pasado en Colombia en los últimos tiempos. Las FARC están completamente desacreditadas y el rechazo de la sociedad es casi unánime. Y, por primera vez en años, la contienda irregular está siendo ganada por las instituciones legítimas del país. Esto les puede doler a algunos pero es absolutamente cierto.
Pero volvamos a nuestra idea recurrente. La asesora de relaciones exteriores marcó una pauta muy importante y le mostrará a propios extraños el respaldo al Gobierno y a las instituciones. El Presidente Uribe tiene que aprovechar esta segunda coyuntura en un mes para hacer un verdadero gobierno nacional y llamar a colaborar a los mejores expertos en todas las materias.
El problema con Venezuela seguirá hasta que deje la presidencia el señor Hugo Chávez Frías.
Las diferencias actuales con los países vecinos deberán ser superadas. Sin embargo, hace un mes un amigo que vive en España me escribió diciéndome que estaba muy preocupado porque allá se veía un escenario de guerra con Venezuela.
Y allí estamos, así nos cueste trabajo creerlo. Sin mayor preparación e intentando llegar a acuerdos de nación.
Con todo respeto me parece que la comisión asesora de relaciones exteriores debió reunirse el lunes en la mañana y no el martes en la tarde. Quizás habríamos manejado mejor las cartas a jugar en estos momentos.
En la reunión de la OEA quedaron claros los países amigos de Venezuela y adversarios de Colombia. Ha llegado la hora de poner a jugar a nuestros mejores políticos en el ejercicio de la diplomacia.
El Polo Democrático Alternativo PDA con su reciente declaración no está de acuerdo con las ideas del Gobierno y casi suscribe las mismas ideas de Caracas y Quito.
Lo que sucedió es claro. Existía la certeza de poder dar de baja al cabecilla más importante de las FARC pero lamentablemente su campamento resultó estar localizado en el territorio de un país vecino que poco ha colaborado en las campañas contra la subversión y el narcotráfico. Las oportunidades no dan espera y había que tomar una decisión.
La muerte de Raúl Reyes es un triunfo muy importante, quizás crucial, en la lucha de Colombia contra las FARC a tal punto que ha suscitado una verdadera tormenta.
Colombia no va a invadir a Ecuador y a ningún país, pero no puede tolerar que ningún país pueda dar cobijo e impunidad a los delincuentes que están atacando a los ciudadanos y sus instituciones. Los países de América quieren cuidarse ante sus propios problemas fronterizos.
Lo que han dicho los presidentes de Ecuador y especialmente el de Venezuela es intolerable. No solamente el irrespeto a la persona del presidente de Colombia sino su expresión de voluntad de darles crédito y respaldo jurídico a las guerrillas. Para ser coherentes, creemos que Colombia no debe insistir en esa demanda contra el Presidente de Venezuela porque es llevar el diferendo al escenario en que ellos han querido jugar.
Quizás en esta América del Sur no se han dado cuenta de lo que ha pasado en Colombia en los últimos tiempos. Las FARC están completamente desacreditadas y el rechazo de la sociedad es casi unánime. Y, por primera vez en años, la contienda irregular está siendo ganada por las instituciones legítimas del país. Esto les puede doler a algunos pero es absolutamente cierto.
Pero volvamos a nuestra idea recurrente. La asesora de relaciones exteriores marcó una pauta muy importante y le mostrará a propios extraños el respaldo al Gobierno y a las instituciones. El Presidente Uribe tiene que aprovechar esta segunda coyuntura en un mes para hacer un verdadero gobierno nacional y llamar a colaborar a los mejores expertos en todas las materias.
El problema con Venezuela seguirá hasta que deje la presidencia el señor Hugo Chávez Frías.
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lunes, marzo 03, 2008
Un largo fin de semana
Cuando me disponía a escribir algo expresando mi intención de participar en la marcha del 6 de marzo me encuentro con la noticia de la muerte de alias Raúl Reyes y los hombres que lo acompañaban.
¿Cuál sería la reacción de las FARC ante ese hecho tan grave que le quitaba el mejor, el más intransigente, el más capaz y peligroso de sus líderes?.
Durante muchas horas escuchamos las opiniones de distintas personalidades de la nación y nos preocupaba la suerte de todos los secuestrados. Ya nos han dado terribles demostraciones de cobardía y salvajismo con el asesinato de los diputados a la asamblea del departamento del Valle del Cauca.
También pensamos que esa reacción no sería fácil porque los jefes de las FARC tuvieron una prueba fehaciente sobre el uso de las comunicaciones satelitales y sus consecuencias. Creíamos y creemos que las recientes capturas y muertes de jefes los tendrá que llevar más temprano que tarde a la mesa de negociación.
Pero vino la reacción por un camino previsible pero que no esperábamos. Los colombianos siempre habíamos estado solos en nuestros conflictos y el mundo poco se interesaba por nuestros problemas. Así había sido antes, pero ya no.
La acción de muerte de Reyes se produjo en Ecuador. Eso nunca se ha negado. Y de ese hecho, que no niego es delicado, se ha agarrado Chávez (antes lo llamaba Presidente Chávez) para liderar uno de los más fuertes ataques que haya recibido Colombia en los últimos sesenta años.
No sabemos si la capacidad de las FARC se ha limitado tanto que ya su respuesta la tienen que dar sus aliados internacionales. Porque es evidente la alianza de Venezuela y Ecuador con las FARC.
Vendrán unos días difíciles porque Cuba (el titiritero) es muy hábil para mover la opinión en foros como las Naciones Unidas. Y la izquierda hará también un gran esfuerzo contra Colombia por nuestros pecados. Que los tenemos en muchos campos, como los tienen todos. Es muy probable que Chávez ponga en contra nuestra a muchos de los países del hemisferio que han sido elegidos por la izquierda.
¿Y qué podemos hacer los colombianos?
Lo primero es no responder a las peligrosas pero hasta ahora verbales provocaciones de Chávez.
Tenemos que demostrar , en todas las instancias y todos los escenarios, que el gobierno de Ecuador tiene tratos con las FARC y que no era casual la existencia del campamento atacado.
El Presidente Uribe ahora si debe promover y realizar el gran pacto de la sociedad colombiana y los sectores políticos democráticos para rechazar la violencia y la doctrina de combinación de formas de lucha contra el enemigo. El presidente debe llamar al gabinete a los mejores y más representativos líderes nacionales y hacer un gobierno de unidad. Un gobierno que se prepare, que mantenga la cohesión nacional, que corrija lo malo y reafirme lo bueno. No tenemos que estar de acuerdo en todo, pero sí en lo fundamental.
Si no hacemos ese pacto es probable que superemos este momento difícil,pero habremos perdido una gran oportunidad. Y la vida nos ha enseñado que existen momentos cruciales para adoptar decisiones nuevas.
¿Cuál sería la reacción de las FARC ante ese hecho tan grave que le quitaba el mejor, el más intransigente, el más capaz y peligroso de sus líderes?.
Durante muchas horas escuchamos las opiniones de distintas personalidades de la nación y nos preocupaba la suerte de todos los secuestrados. Ya nos han dado terribles demostraciones de cobardía y salvajismo con el asesinato de los diputados a la asamblea del departamento del Valle del Cauca.
También pensamos que esa reacción no sería fácil porque los jefes de las FARC tuvieron una prueba fehaciente sobre el uso de las comunicaciones satelitales y sus consecuencias. Creíamos y creemos que las recientes capturas y muertes de jefes los tendrá que llevar más temprano que tarde a la mesa de negociación.
Pero vino la reacción por un camino previsible pero que no esperábamos. Los colombianos siempre habíamos estado solos en nuestros conflictos y el mundo poco se interesaba por nuestros problemas. Así había sido antes, pero ya no.
La acción de muerte de Reyes se produjo en Ecuador. Eso nunca se ha negado. Y de ese hecho, que no niego es delicado, se ha agarrado Chávez (antes lo llamaba Presidente Chávez) para liderar uno de los más fuertes ataques que haya recibido Colombia en los últimos sesenta años.
No sabemos si la capacidad de las FARC se ha limitado tanto que ya su respuesta la tienen que dar sus aliados internacionales. Porque es evidente la alianza de Venezuela y Ecuador con las FARC.
Vendrán unos días difíciles porque Cuba (el titiritero) es muy hábil para mover la opinión en foros como las Naciones Unidas. Y la izquierda hará también un gran esfuerzo contra Colombia por nuestros pecados. Que los tenemos en muchos campos, como los tienen todos. Es muy probable que Chávez ponga en contra nuestra a muchos de los países del hemisferio que han sido elegidos por la izquierda.
¿Y qué podemos hacer los colombianos?
Lo primero es no responder a las peligrosas pero hasta ahora verbales provocaciones de Chávez.
Tenemos que demostrar , en todas las instancias y todos los escenarios, que el gobierno de Ecuador tiene tratos con las FARC y que no era casual la existencia del campamento atacado.
El Presidente Uribe ahora si debe promover y realizar el gran pacto de la sociedad colombiana y los sectores políticos democráticos para rechazar la violencia y la doctrina de combinación de formas de lucha contra el enemigo. El presidente debe llamar al gabinete a los mejores y más representativos líderes nacionales y hacer un gobierno de unidad. Un gobierno que se prepare, que mantenga la cohesión nacional, que corrija lo malo y reafirme lo bueno. No tenemos que estar de acuerdo en todo, pero sí en lo fundamental.
Si no hacemos ese pacto es probable que superemos este momento difícil,pero habremos perdido una gran oportunidad. Y la vida nos ha enseñado que existen momentos cruciales para adoptar decisiones nuevas.
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sábado, febrero 23, 2008
El oriente de Colombia
Siempre critiqué a esas personas que proponían, casi siempre sin pensar en el dinero, proyectos de gran tamaño. Creo que ahora me toca el turno de hacer lo mismo.
Colombia tiene una extensión de algo más de un millón cien mil kilómetros cuadrados pero solamente la mitad del territorio está ocupado. La otra mitad de selvas y llanos apenas está habitada.
No es fácil ni quizás conveniente llenar esos territorios de gente. Pero la nación y el estado colombiano tienen que apropiarse de esas tierras y aprovechar sus muchas o pocas oportunidades.
Desde hace meses estoy pensando en la necesidad de crear y fortalecer los asentamientos urbanos de nuestro extremo oriental. Allá donde las FARC tienen a nuestros secuestrados y que ha sido el imperio de la coca.
En épocas del Presidente Belisario Betancur se habló de crear una ciudad en el departamento del Vichada. Se iba a llamar Marandúa. Desde hace mucho tiempo no volví a escuchar a nadie sobre eso y presumo no se hizo nada.
En los escenarios de competitividad que diseñan profesores de administración de empresas y construyen los empresarios siempre se analizan proyectos de plataforma para mejorar los caminos entre las empresas y los puertos y muchos otros factores enfocados a mejorar las condiciones de las empresas. No pretendo discutir eso, pero en Colombia esos criterios son insuficientes.
Si Colombia no ejerce dominio pleno de todo su territorio nunca podremos librarnos de las fechorías de bandoleros de izquierda o derecha. Quizás si el mundo descubre que es más grato y excitante practicar deporte que consumir drogas, podríamos seguir igual que ahora y no preocuparnos por esos remotos parajes.
Mi propuesta es que Colombia declare como prioridad el desarrollo de la zona oriental y sur oriental del territorio. Eso implica hacer muchas obras de infraestructura como carreteras, puertos fluviales, oleoductos, distritos de riego, ferrocarriles, aeropuertos etc. y también la decisión de establecer grandes centros educativos de todos los niveles y modalidades, hospitales, oficinas de gobierno con poder de decisión. En síntesis, hacer atractivo que los colombianos inviertan y vivan allá.
En 1960 lo que hoy es el departamento del Cesar era una región casi deshabitada, una especie de vacío selvático entre la costa atlántica y la zona andina, eso que en Colombia llamamos el interior. Cuarenta años después esa región es distinta pero el desarrollo ha sido imperfecto, lento y desigual.
Hace mucho menos tiempo el piedemonte de los llanos orientales tenía muy poca productividad. Eso también ha cambiado.
En el desarrollo del oriente debe haber una participación mucho más agresiva del estado para evitar desafueros, para preservar el medio ambiente, para estimular actividades de incierta rentabilidad a corto plazo. Aquellas tierras son distintas a las que he mencionado antes y quizás sea más complicado hacerlas productivas. Necesitamos empresarios que inviertan pero necesitamos mucho más a los pequeños y medianos propietarios que le den sostenibilidad de largo plazo.
Cuando estaba en esas cavilaciones me encontré con la noticia sobre el uso del predio llamado Carimagua en la región geográfica que nos ocupa. Y creo que es un ejemplo perfecto. Si seguimos mirando todo con ojos micro la discusión planteada será muy difícil de resolver porque para el Ministro de Agricultura esas tierras solo sirven para alguien que tenga recursos y aplique economías de escala y para los demás, entre quienes me incluía, sería una decisión políticamente muy inconveniente porque haría explícito, una vez más, el escaso interés del gobierno por los desplazados y por las necesidades del ciudadano común.
Pero si uno pone el tema en una perspectiva más amplia sería factible encontrar soluciones razonables.
Es claro que la agricultura en esa zona llamada la altillanura no es fácil y requiere de inversiones importantes. El gobierno parece que no quiere o no puede hacerlas y prefiere que esas inversiones las hagan los particulares. Las razones son respetables porque el estado colombiano ha sido un desastre como inversionista y promotor. Y porque, salvo escasas excepciones, quien está motivado por la rentabilidad es mucho más productivo.
Pero el caso de Colombia es un poco distinto a digamos el de Brasil. En esa zona necesitamos con urgencia un grupo numeroso de colombianos propietarios de la tierra o trabajadores en servicios y comercio que impulsen el desarrollo. Definitivamente no creo que una región tenga un progreso importante si en su entorno existen unos pocos enclaves en manos de inversionistas de otros lados.
Necesitamos agricultores y ganaderos que compren sus insumos allá. Que manden a sus hijos a estudiar en los colegios y universidades de esa región. Empresarios que vivan bien allá, que estén motivados por hacer que su territorio sea cada vez mejor.
Como combinar la acción del estado, de los colonos y desplazados, de los inversionistas es la verdadera tarea que nos impone el presente. Si lo logramos Colombia será un país muy importante en el medianos plazo y esas viejas discusiones entre antioqueños y bogotanos quedarán muy atrás.
Las montañas en que nacimos pueden tener un buen clima pero no son capaces de soportar a toda la nación. Y los hechos actuales lo demuestran. Vaya usted amable lector a Nueva York o a Madrid y allí se encontrará con muchos compatriotas que tuvieron que irse en búsqueda de oportunidades.
Es muy probable que en el siglo XXII la nueva capital de Colombia sea, por ejemplo, San José del Guaviare. Esto no quiere decir que nuestra querida Bogotá no siga siendo una ciudad importante. Pero si hacemos bien la tarea el nuevo futuro de Colombia tendrá que pasar por la gran región oriental.
Colombia tiene una extensión de algo más de un millón cien mil kilómetros cuadrados pero solamente la mitad del territorio está ocupado. La otra mitad de selvas y llanos apenas está habitada.
No es fácil ni quizás conveniente llenar esos territorios de gente. Pero la nación y el estado colombiano tienen que apropiarse de esas tierras y aprovechar sus muchas o pocas oportunidades.
Desde hace meses estoy pensando en la necesidad de crear y fortalecer los asentamientos urbanos de nuestro extremo oriental. Allá donde las FARC tienen a nuestros secuestrados y que ha sido el imperio de la coca.
En épocas del Presidente Belisario Betancur se habló de crear una ciudad en el departamento del Vichada. Se iba a llamar Marandúa. Desde hace mucho tiempo no volví a escuchar a nadie sobre eso y presumo no se hizo nada.
En los escenarios de competitividad que diseñan profesores de administración de empresas y construyen los empresarios siempre se analizan proyectos de plataforma para mejorar los caminos entre las empresas y los puertos y muchos otros factores enfocados a mejorar las condiciones de las empresas. No pretendo discutir eso, pero en Colombia esos criterios son insuficientes.
Si Colombia no ejerce dominio pleno de todo su territorio nunca podremos librarnos de las fechorías de bandoleros de izquierda o derecha. Quizás si el mundo descubre que es más grato y excitante practicar deporte que consumir drogas, podríamos seguir igual que ahora y no preocuparnos por esos remotos parajes.
Mi propuesta es que Colombia declare como prioridad el desarrollo de la zona oriental y sur oriental del territorio. Eso implica hacer muchas obras de infraestructura como carreteras, puertos fluviales, oleoductos, distritos de riego, ferrocarriles, aeropuertos etc. y también la decisión de establecer grandes centros educativos de todos los niveles y modalidades, hospitales, oficinas de gobierno con poder de decisión. En síntesis, hacer atractivo que los colombianos inviertan y vivan allá.
En 1960 lo que hoy es el departamento del Cesar era una región casi deshabitada, una especie de vacío selvático entre la costa atlántica y la zona andina, eso que en Colombia llamamos el interior. Cuarenta años después esa región es distinta pero el desarrollo ha sido imperfecto, lento y desigual.
Hace mucho menos tiempo el piedemonte de los llanos orientales tenía muy poca productividad. Eso también ha cambiado.
En el desarrollo del oriente debe haber una participación mucho más agresiva del estado para evitar desafueros, para preservar el medio ambiente, para estimular actividades de incierta rentabilidad a corto plazo. Aquellas tierras son distintas a las que he mencionado antes y quizás sea más complicado hacerlas productivas. Necesitamos empresarios que inviertan pero necesitamos mucho más a los pequeños y medianos propietarios que le den sostenibilidad de largo plazo.
Cuando estaba en esas cavilaciones me encontré con la noticia sobre el uso del predio llamado Carimagua en la región geográfica que nos ocupa. Y creo que es un ejemplo perfecto. Si seguimos mirando todo con ojos micro la discusión planteada será muy difícil de resolver porque para el Ministro de Agricultura esas tierras solo sirven para alguien que tenga recursos y aplique economías de escala y para los demás, entre quienes me incluía, sería una decisión políticamente muy inconveniente porque haría explícito, una vez más, el escaso interés del gobierno por los desplazados y por las necesidades del ciudadano común.
Pero si uno pone el tema en una perspectiva más amplia sería factible encontrar soluciones razonables.
Es claro que la agricultura en esa zona llamada la altillanura no es fácil y requiere de inversiones importantes. El gobierno parece que no quiere o no puede hacerlas y prefiere que esas inversiones las hagan los particulares. Las razones son respetables porque el estado colombiano ha sido un desastre como inversionista y promotor. Y porque, salvo escasas excepciones, quien está motivado por la rentabilidad es mucho más productivo.
Pero el caso de Colombia es un poco distinto a digamos el de Brasil. En esa zona necesitamos con urgencia un grupo numeroso de colombianos propietarios de la tierra o trabajadores en servicios y comercio que impulsen el desarrollo. Definitivamente no creo que una región tenga un progreso importante si en su entorno existen unos pocos enclaves en manos de inversionistas de otros lados.
Necesitamos agricultores y ganaderos que compren sus insumos allá. Que manden a sus hijos a estudiar en los colegios y universidades de esa región. Empresarios que vivan bien allá, que estén motivados por hacer que su territorio sea cada vez mejor.
Como combinar la acción del estado, de los colonos y desplazados, de los inversionistas es la verdadera tarea que nos impone el presente. Si lo logramos Colombia será un país muy importante en el medianos plazo y esas viejas discusiones entre antioqueños y bogotanos quedarán muy atrás.
Las montañas en que nacimos pueden tener un buen clima pero no son capaces de soportar a toda la nación. Y los hechos actuales lo demuestran. Vaya usted amable lector a Nueva York o a Madrid y allí se encontrará con muchos compatriotas que tuvieron que irse en búsqueda de oportunidades.
Es muy probable que en el siglo XXII la nueva capital de Colombia sea, por ejemplo, San José del Guaviare. Esto no quiere decir que nuestra querida Bogotá no siga siendo una ciudad importante. Pero si hacemos bien la tarea el nuevo futuro de Colombia tendrá que pasar por la gran región oriental.
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sábado, febrero 16, 2008
Acuerdos
Casi todos mis escritos han intentado explicar acerca de la necesidad de suscribir un nuevo pacto social en Colombia. No será el último pero tampoco el primero.
En los últimos meses hemos tenido momentos propicios para convocar a los colombianos que creen en la democracia para suscribir acuerdos sobre temas concretos. Yo no he pensado en cambios constitucionales, pienso en cosas mucho más concretas.
Por ejemplo, tenemos que rechazar todo tipo de violencia y al uso de las armas por parte de los civiles. La legislación penal dirá en que casos se puede hacer uso de la legítima defensa. El estado tendrá el monopolio de la fuerza.
Colombia tiene que dar pasos ciertos y medibles para que la sociedad sea más igualitaria. Será intolerable que existan personas en la miseria y que sigamos teniendo tanta gente pobre.
El rechazo al narcotráfico ha ido aumentando en la sociedad pero aún esos delincuentes siguen teniendo cierta tolerancia en la sociedad por razones distintas. No debe ser posible hacer ningún negocio, de ninguna índole con quienes parecen sospechosos. Y a mi que no me vengan con cuentos, esos tipos se delatan en su comportamiento. Y no me refiero solamente a los traquetos.
Hace un tiempo escribí de la seguridad en las calles y recibí un regaño de uno de mis escasos lectores. Ya la gente puede moverse por el territorio, los secuestros han disminuido pero las ciudades y poblaciones siguen siendo inseguras.
Y el rechazo a la corrupción también tiene que ser radical. No solo deben bastar los hechos delictuosos, tenemos que volver a construir un código de ética para generar confianza y hacer sólida la democracia en la nación, en las empresas y en todos los escenarios donde la gente tiene que convivir.
Y en la educación tenemos que hacer compromisos concretos para mejorar la calidad y no desperdiciar tanto dinero. Exceso de profesionales en muchos campos y deficiencias en otros.
Ustedes podrían agregar o suprimir muchos de los temas que he enunciado. Lo importante es que se armen consensos concretos con metas precisas, cifras etc.
Algunos editorialistas de medios de comunicación han opinado en términos similares. Incluso políticos tan atacados por la derecha como Gustavo Petro también han insistido sobre esos acuerdos sobre lo fundamental.
Lo triste es que Álvaro Gómez Hurtado estaba buscando eso y lo mataron.
En los últimos meses hemos tenido momentos propicios para convocar a los colombianos que creen en la democracia para suscribir acuerdos sobre temas concretos. Yo no he pensado en cambios constitucionales, pienso en cosas mucho más concretas.
Por ejemplo, tenemos que rechazar todo tipo de violencia y al uso de las armas por parte de los civiles. La legislación penal dirá en que casos se puede hacer uso de la legítima defensa. El estado tendrá el monopolio de la fuerza.
Colombia tiene que dar pasos ciertos y medibles para que la sociedad sea más igualitaria. Será intolerable que existan personas en la miseria y que sigamos teniendo tanta gente pobre.
El rechazo al narcotráfico ha ido aumentando en la sociedad pero aún esos delincuentes siguen teniendo cierta tolerancia en la sociedad por razones distintas. No debe ser posible hacer ningún negocio, de ninguna índole con quienes parecen sospechosos. Y a mi que no me vengan con cuentos, esos tipos se delatan en su comportamiento. Y no me refiero solamente a los traquetos.
Hace un tiempo escribí de la seguridad en las calles y recibí un regaño de uno de mis escasos lectores. Ya la gente puede moverse por el territorio, los secuestros han disminuido pero las ciudades y poblaciones siguen siendo inseguras.
Y el rechazo a la corrupción también tiene que ser radical. No solo deben bastar los hechos delictuosos, tenemos que volver a construir un código de ética para generar confianza y hacer sólida la democracia en la nación, en las empresas y en todos los escenarios donde la gente tiene que convivir.
Y en la educación tenemos que hacer compromisos concretos para mejorar la calidad y no desperdiciar tanto dinero. Exceso de profesionales en muchos campos y deficiencias en otros.
Ustedes podrían agregar o suprimir muchos de los temas que he enunciado. Lo importante es que se armen consensos concretos con metas precisas, cifras etc.
Algunos editorialistas de medios de comunicación han opinado en términos similares. Incluso políticos tan atacados por la derecha como Gustavo Petro también han insistido sobre esos acuerdos sobre lo fundamental.
Lo triste es que Álvaro Gómez Hurtado estaba buscando eso y lo mataron.
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