Durante años me han sorprendido ciertas personas porque siempre han logrado mostrar en público una cierta compostura quizás aprendida desde le cuna. Tal vez en su casa les enseñaron esas posturas como expresión de buena educación y de defensa propia. Si la gente no conoce tus verdaderos sentimientos y solo aprecia una sonrisa, siempre tendrás una buena imagen y no te atacarán.
Así conozco muchas personas y reconozco que las envidio porque siempre tienen cara de retrato.
En cambio, a mi me critican por lo contrario. Y conozco también a varias personas que no pueden disimular nada porque hablan con los ojos.
El otro día tuve una ocasión, que considero desafortunada, de ver el rostro real de una de las personas siempre correctas. No sé si su expresión tenía que ver conmigo o con lo que estaba haciendo. Quizás era cansancio, no lo sé. Pero será muy difícil que logre borrar esa nueva expresión. Siempre me parecerá la verdadera.
domingo, noviembre 29, 2009
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