Muchas veces queremos negar la realidad. Creemos que si dejamos de hablar de algo e intentamos olvidarmos las cosas mejorarán y las penas se disiparán.
Pero lo del Atlético Bucaramanga es lamentable. Desde principios del año se veía que iba a pasar lo que sucedió. Estamos otra vez en la segunda división o en la “B” como decimos acá.
Desde siempre casi nada se ha hecho bien en ese equipo . Todo es mediocridad e improvisación. Como se ha convertido la norma de esta ciudad, que quiso ser decorosa y hoy es una fea ciudad de provincia.
Los directivos convocan a una rueda de prensa para no decir nada. Es que no tienen nada que decir, pero no se pueden ir porque querrán salvar algo de la catástrofe. De esta forma lo más probable es que sigan perdiendo lo poco que les queda y el equipo no ascenderá de categoría hasta que llegue un grupo que tenga el liderazgo para hacerlo.
Claro que yo llevo veinticinco años esperando que llegue ese grupo. Y no llega.
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