martes, julio 24, 2007

Notas sueltas

Durante un tiempo escribí con mucha frecuencia en mi blog. De repente, he entrado en un período de sequía. Son muchos los temas que bullen en mi cabeza pero no encuentro como acometerlos o al cabo de cierto tiempo me parecen poco interesantes.

He estado tentado a romper la promesa que me hice a mi mismo y escribir sobre la política electoral pero me desanimo y decido ser fiel a mi idea original. Pensaba que ya habíamos tocado fondo pero resulta que el fondo de este lodazal está lejos. Tendremos que pasar por lo mismo que en otras regiones de Colombia.

Los resultados de las elecciones de Alcaldes y Gobernadores no han sido buenos. Pero imagino que este país habría estallado en mil pedazos si no se hubiera abierto esa válvula. Pero era previsible que los resultados iban a ser malos. ¿Se podría dar marcha atrás?

Poco a poco, pero de manera inexorable, el capital de todas nuestras empresas pasa a manos extranjeras. A los colombianos les quedarán las pequeñas empresas que dan soporte o prestan servicios y la explotación de las tierras rurales y urbanas. De momento, porque es probable que en poco tiempo las empresas multinacionales o extranjeras entren a los negocios inmobiliarios. En las ciudades de provincia, como en la que yo vivo, quedarán unos administradores muy eficientes para vender y cobrar, nada más. Se pondrá en evidencia que seremos unos simples empleados con más o menos atribuciones para tomar decisiones. Una especie de época colonial del siglo XXI.

Hace veinte años creímos que era posible llegar pronto a un grado superior de desarrollo. Aún lo creemos, pero el problema es que la mayoría no. Pero cada día que pasa siento que perdimos, porque los ríos siempre inundan por las mismas partes y nadie hace nada. Y , porque no resolvemos los temas importantes.

Me seguirá sorprendiendo siempre el afán de figuración de algunas personas. No les basta el éxito profesional, el dinero, siempre quieren más, quieren ser vistos como los más trabajadores, los más expertos, los más, los más. No se cansarán?.

Ciudades de casinos y de iglesias cristianas. Salen de unas y entran a otras.

Recuerdos de tantas personas que han sido muy queridas y que hace tanto tiempo no saludamos. Es probable que a algunas de ellas no las volvamos a ver.

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